[Escucha este texto]- En la cima se pueden ver los restos de unas construcciones que parece ser pertenecieron a construcciones defensivas o a una torre de vigilancia de época islámica y que con el tiempo fue llamada torre de los diablos y en una de sus laderas, trincheras abiertas durante algunas excavaciones arqueológicas.
- El investigador Don Manuel Castaños y Montijano realizó las primeras excavaciones en el cerro del Bu en el año 1904, en estas excavaciones encontró huesos de animales, restos de cerámica y medio disco de piedra, sus descubrimientos fueron expuestos ante la comisión de monumentos de Toledo el 14 de septiembre de 1904.
- Posteriormente se realizaron diversas excavaciones, encontrándose mas fragmentos de cerámica, huesos tallados, fragmentos de oro y un puñal con remaches de plata, estos descubrimientos están expuestos en el Museo de Santa Cruz.
- Como resultado de las diversas excavaciones e investigaciones que se han sucedido a lo largo del tiempo, se mantiene la teoría aceptada de que el Cerro del Bú fue uno de los primeros asentamientos fijos de la ciudad de Toledo, formado por castros amurallados, donde vivían los Carpetos.
- Su nombre Bú procede del nombre del diablo Bercebú.
Leyenda
Es interesante señalar de donde le viene el nombre a este cerro, y no es de otro que del propio demonio, de Bercebú, de ahí su nombre como diminutivo de éste. La leyenda sobre el Cerro del Bú cuenta que antes de que llegaran los romanos a Toledo, allí vivía un pueblo primitivo y cruel. Éstos adoraban a Baal-cebu, un dios demoniaco, que les exigía sacrificar vírgenes cada cierto tiempo para aplacar su ira. Un sacerdote de la tribu, que realizaba los sacrificios a este dios, se enamoró de una bella joven a la cual debía sacrificar. El hombre, para no cumplir con su cometido y por tanto no quitar la vida a su amada, emprendió la huida con ella. La cólera de Bú fue tan grande que la tierra se resquebrajó y una legión demoniaca salió en busca de la pareja. Al no conseguir encontrarlos, Belcebú maldijo la montaña, y juró que los amantes que se besaran en ese monte acabarían odiándose. LeyendaEn el año 700 dicen que un extraño mensajero vino desde Irlanda a Toledo para coger de la Cima del Cerro del Bú, una piedra rectangular con un peso aproximado de unos 200 kilos llevándosela a Irlanda, y colocando la piedra en la cima del Monte de Tara. Y sobre ella fueron investidos varios reyes irlandeses. La tradición dice que esta piedra era usada para probar la legitimidad de los futuros Reyes. Una vez el monarca se situaba encima de la piedra, ésta permanecía silenciosa si el Rey era legítimo sucesor al trono, pero si por el contrario el que ocupaba esta piedra era un impostor, la piedra producía unos profundos ruidos en señal de desaprobación. Por tal motivo se denominó esta piedra con el nombre de "Lia-Fial" o traducido " La Piedra del Destino". Hoy en día esa piedra está colocada a los pies de un Trono donde se siguen coronando los reyes de Reino Unido. (Anotación: algunos dicen que la piedra se tomó de la Cueva de Hércules (localizada también en Toledo) no del Cerro del Bú)
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