Consta de un solo hueco central rodeado de arquivoltas apuntadas dispuestas concéntricamente en las que se inserta la decoración escultórica de ángeles músicos y reyes del Antiguo Testamento.
En las jambas, y bajo doseletes góticos, se encuentran representadas las imágenes de los apóstoles Pedro, Pablo, Andrés y Santiago en la zona de la base, mientras que ángeles músicos y reyes de Israel siguen la línea de las arquivoltas hacia la parte superior.
En la clave del arco se añadió el escudo de la reina Isabel II en agradecimiento a los donativos hechos a la catedral, quedando la fachada coronada por un gran rosetón.
El añadido del escudo borbónico ocupa el lugar del que arrancaba un parteluz, hoy desaparecido.