[Escucha este texto]- En el tránsito de los siglos III al II a.C., tras la Segunda Guerra Púnica, en la que la región fue escenario de importantes acontecimientos bélicos, el Santuario Íbero de la Luz vive una profunda re forma donde destaca la creación de una gran terraza en el frente meridional de la colina, de cuatro metros de anchura aproximadamente, con tres grandes torres que tienen más una función escenográfica que defensiva, y que confiere al conjunto una gran monumentalidad, siguiendo modelos itálicos en boga en la misma época.
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