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Historia de Vélez Blanco
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Historia de Vélez Blanco. Arte rupestre en la Comarca de Los Vélez
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  • La comarca de Los Vélez posee uno de los más ricos patrimonios arqueológicos del Sureste peninsular, imbricado en un paisaje de alto valor ecológico como es el Parque Natural de Sierra de María-Los Vélez.
    Se articula en la cuenca alta del Río Guadalentín que, alimentado por sus respectivas ramificaciones fluviales menores, termina vertiendo sus aguas al Río Segura. Su geografía diversa ha posibilitado el acceso a una pluralidad de recursos desde la prehistoria, tanto para su materia prima (silex), como para sus necesidades vitales: caza, recolección, ganadería, agricultura.
  • Algunas de las evidencias de esta ocupación del territorio, como las manifestaciones de arte rupestre, han pervivido al paso de los siglos, ofreciéndonos hoy un importantísimo conjunto documental sobre el pasado de estas tierras.
  • Estas representaciones, en general, se realizaron al aire libre, en abrigos emplazados en accidentes naturales significativos como puntos elevados de las sierras, pasos entre cuerdas montañosas, collados o a lo largo de barrancos.
  • Los estudios realizados a partir de las últimas décadas del siglo XIX nos permiten recorrer desde el lejano Paleolítico Superior de la Cueva de Ambrosio hasta la Prehistoria Reciente.
  • En esta última etapa encontramos dos tipos de manifestaciones pintadas: el Arte Levantino (Estrecho de Santonge, Lavaderos del Tello y Chiquita) y el Arte Esquemático, cuyo conjunto de estaciones es el más numeroso, y entre las que debemos destacar los conjuntos pintados de la Cueva de Los Letreros y del Abrigo El Gabar.
  • Se trata de imágenes con una enorme carga simbólica y que constituyen una fuente de información excepcional sobre el pasado de la comarca de Los Vélez. La UNESCO, cuando en 1998 incluyó el Arte Rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica en la Lista de Patrimonio Mundial, ya reconocía la magnitud de este fenómeno, a la vez que valoraba el territorio que le había servido de soporte. Esta declaración supone una ampliación de responsabilidades en relación a su protección como Bien de Interés Cultural, que recogen tanto la legislación estatal como la autonómica.
  • Se tienen noticias de la frecuente aparición de restos arqueológicos en obras de construcción del casco antiguo de Vélez-Blanco. Además de los restos medievales, los profesores C. Martínez y F. Muñoz han podido estudiar un buen número de monedas ibéricas y romanas encontradas en las inmediaciones del Castillo y al realizar obras en algunas casas y calles del pueblo. A partir de este estudio se puede afirmar la existencia de un núcleo de población ibero-romano con una cronología entre el siglo II a.C. y el final de la época romana.
  • De época medieval, se han podido observar numerosas construcciones destacando las aparecidas en la Casa de los Arcos. En los antiguos establos, actualmente convertido en comedor, aparecieron cuatro balsas cuadradas de 0.80 metros de profundidad, con unas dimensiones aproximadas cada una de ellas de 2 x 2 metros. Asociado a ellas se encontró un caño de agua trás una pared. Posiblemente se trate de balsas para tamizar el barro. No en vano, la calle dónde se ubica se llama cantarerías.
  • El actual Vélez-Blanco se asienta en el mismo lugar en que se erigió la población musulmana hacia el siglo XIII, construyendo una alcazaba sobre la que posteriormente se edificaría el castillo de los Marqueses de los Vélez.
  • La Morería constituye el núcleo más primitivo, con sus viviendas escalonadas teniendo siempre como eje el Castillo.
  • La población se encontraba rodeada por una doble muralla: la primera muralla abarcaba la alcazaba y la mezquita (actual Iglesia de la Magdalena). Entre esta muralla y la segunda línea se encuentra el barrio de La Morería.
  • Las murallas exteriores bajaban desde la fuente de los Cinco Caños hasta la plazoleta del Mesón, bordeaba las calles de Palacio y Calasparra y en su conjunción se abría un portillo para salida a las huertas.
  • En los Caños de Caravaca había una puerta, y desde aquí la muralla subía a dar la vuelta al cerro hasta unirse con la puerta de los Cinco Caños. Al exterior de las murallas se encontraban los arrabales.
  • En el año 1507 comienza la construcción del castillo de los Fajardo; para ello fue necesario demoler parte de la alcazaba árabe y sobre sus cimientos se levanta el nuevo edificio.
  • La población rebasa el barrio de la Morería y se abren nuevas calles y se construyen nuevas viviendas destinadas a albergar a la población cristiana. Surgen las principales calles, como la de La Corredera. A todo lo largo del siglo XVI, la población se extiende por la falda del monte y por las zonas llanas. Se edifica la Iglesia de Santiago que pasará a convertirse en el eje en torno al cual gira la vida social y comercial del pueblo.
  • Otra construcción de gran transcendencia para el desarrollo urbanístico y la configuración actual del pueblo, será el Convento de San Luis Obispo, mandado levantar por Luis Fajardo entre 1601 y 1615 al otro lado del Barranco de las Fuentes. Fue ocupado por la orden franciscana hasta 1835 y, entre 1916 y 1996, por las Franciscanas Concepcionistas. Este edificio pronto se convierte en el centro polarizador de un nuevo núcleo de población, que dará lugar al "Barrio". Este nuevo barrio, zona de expansión en el siglo XVIII, queda organizado en torno al eje formado por la calle San Francisco, a partir de la cual, y siguiendo la topografía del terreno, se irán levantando las casas.
  • En líneas generales, se trata de viviendas sencillas, de una o dos plantas, con muros encalados y cubiertas de teja. En los siglos XVII y el XVIII, con el aumento demográfico experimentado en la población, se termina de configurar el casco histórico. Así su estructura urbana actual viene definida por la carretera de Vélez-Rubio a María que atraviesa la ciudad, el cerro del Castillo y el de las Fuentes al oeste, abruptas vertientes al norte y al sur, y el este viene delimitado por el Barranco de la Canastera y el de las Fuentes.

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Página confeccionada por Francisco Miguel Merino Laguna
Ver 2-20042301