[Escucha este texto]- Ubicada en la Calle Real número 4.
- En esta casa ocurrieron unos hechos increibles con un sastre y una jilguera que recuerda una placa en su fachada.
- En una barbería su dueño, tenía un jilguero que habia recogido de un nido caido de un arbol de dicha localidad y que habia criado pensando que se trataba de un ejemplar macho. En un descuido se le escapó y un buen día apareció en el balcón de un vecino sastre llamado Baltasar que lo atrapó, al ver que el animal no se adaptaba a la jaula decidió soltarlo en libertad dentro de su taller de costura, en el cual tambien trabajaban varias mujeres del pueblo, asi de esta manera el jilguero hembra se fue acostumbrando a la presencia de su nuevo dueño y de las personas.
- Cuando llegó el mes de marzo, ese pájaro tan dócil se marchó por una ventana abierta para desesperación de su dueño que no lo pudo encontrar. Pero un día, llegado el mes de junio, mientras trabajaba, escuchó unos golpecitos en los cristales de su sastrería, se asomó extrañado y vió como una jilguera picoteaba en su ventana. Poco sospechaba el sastre que aquella jilguera era la misma que tuvo en tiempos por su taller.
- El sastre abrió la ventana y vió como el ave comenzó a revolotear agitadamente desde dentro del local hasta la ventana una y otra vez, hasta que el sastre, enormemente sorprendido se asomó a la ventana y vió como fuera de ella aleteaban alegremente unos pequeños jilguerillos noveles. El sastre no podía dar crédito a lo que estaba presenciando, su jilguera se marchó para anidar y había vuelto para enseñarle sus crías.
- Esta anecdota traspasó las fronteras de la España de aquella época, incluso sus habitantes llegaron a reclamar un nuevo nombre para el pueblo, Valdepeñas de los jilgueros.
- Después, de dos meses de ausencia regresó para morir a casa de Baltasar Infante.
- El ABC contaba; Jaén 29. La colorina o hembra del jilguero que acudía a la casa de Baltasar Infante, en Valdepeñas de Jaén, ha fallecido, cuidada por el propio sastre en su mismo lecho. Hacía ya dos meses que el pajarillo no acudía a su cita en la sastrería de Infante y éste se mostraba disgustado. Unos amigos le aseguraron que en Pascua, recibiría la visita del animalejo. El avecilla se presentó precisamente el día 26 . Baltasar le ofreció el plato como acostumbraba y ella lo rechazó, porque estaba enferma cobijandose en la cama del sastre, que ha dormido dos noches con el pajarillo prestándole su calor, Pero ayer la colorina dejó dé existir. La noticia ha consternado al pueblo, que se había encariñado con está amistad entre Infante y las avecillas. El sastre ha dispuesto que la colorina sea embalsamada, lo que hará un sobrino suyo, estudiante de Medicina. La muerte de la jilguera ha puesto punto final a este episodio amable y delicado de su amistad con el hombre. El ABC del 21 de julio pasado publicó en un recuadro, el nacimiento de esta relación maravillosa, sentimental
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