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Culto Religioso Púnico
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Culto Religioso Púnico. Pebetero de la Diosa Tanit. Museo de Santa Pola
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  • Se desarrollaba, fundamentalmente, en colinas o cerros elevados, dentro o cercanos a las poblaciones, próximos a aguas, árboles o piedras que se consideraban sagrados.
  • Eran santuarios o favissas, constituidos por una capilla reducida y, ante ella y al aíre libre, un altar o ara para sacrificios que conservaban, en lo esencial, el antiguo culto cananeo (holocausto, comunión y expiatorio).
  • Se ofrecía a los dioses, como testimonio de vinculación y homenaje: abadires, betilos, sahumerios, grano, aceite, leche y vino; se sacrificaban animales; y, en ocasiones excepcionales (epidemias, guerras, etc.) se inmolaban niños de corta edad (sacrificio molk), primogénitos de familias importantes, creándose un lazo de íntima unión entre las divinidades y el pueblo, entre el dios o la diosa y el oferente.
  • Se cree que el molk no fue obligatorio y que permitía inmolar un cordero en lugar del niño, conservando el mismo valor ritual.
  • Su existencia es más que probable como se deduce del juicio de Filón de Biblos y de las estelas del tofet de Salammbó (Cartago) que hacen referencia al sacrifico molk.
  • Por otra parte, en la Biblia (Antiguo Testamento), se afirma que era muy común entre los cananeos, fenicios y otros pueblos esta especie de purificación o expiación: Levítico, XX, 2 - 3 - 4 - 5; Deuteronomio, XVIII, 10; Jeremías, VII, 30 - 31 - 32 y XIX, 4 - 5 - 6; Ezequiel, XXIII, 37 - 38 - 39.
  • En Cartago y su zona de influencia cultural, cuya religión asumió cierta autonomía a partir del siglo V a. C., presidía el culto, principalmente, el Dios Baal Hammon y la Diosa Tanit, denominada, generalmente, Pené Baal (Faz o Rostro de Baal).
  • Ambos eran divinidades protectoras de la fecundidad de la tierra, de la prosperidad de la ciudad, de la protección o favor en la guerra y de la salvación del espíritu que concebían como un soplo (ruah), capaz de elevarse, tras la muerte, a la bóveda celeste.
  • Pero Baal no era un nombre propio, sino un apelativo tras el que se ocultaba el verdadero nombre divino que sólo conocían los íniciados y, como el Dios de Israel, sólo se pronunciaba excepcionalmente.
  • Por esta misma causa, el apelativo de la diosa se ocultaba tras la advocación paredra de Pené Baal
  • Tanit fue el primitivo nombre de Astaroth, cuya forma griega Astarté se ha equiparado a Afrodita o Venus.
  • En una conocida estela dedicada a esta diosa hay una leyenda que dice: A nuestra Señora (a Tanit), FAZ DE BAAL (Pené Baal) ofrece el voto tu siervo Malec, hijo de...


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Página confeccionada por Francisco Miguel Merino Laguna
Ver 2-20042301