[Escucha este texto]- La cerámica ibérica es elaborada con torno rápido, cocida a alta temperatura en hornos de cocción oxidante, y fechada entre el siglo VI y el I a. C.
- El término "cerámica ibérica", aún impreciso, resulta demasiado genérico para la gran variedad de producciones a las que se aplica. No obstante, suele referirse en primera instancia a la "cerámica ibérica pintada", que es una vajilla fina decorada con motivos geométricos, florales o humanos de color rojo vinoso. Además de esta categoría que es la más común y generalizada del territorio ibérico, existen otras variedades de idéntica tecnología y distribución, como la "cerámica ibérica lisa" (sin decoración), la "cerámica ibérica bruñida" con decoración impresa, muy difundida en la Meseta o de otras técnicas como la "cerámica de cocina", cuya pasta incluye desengrasantes que le proporcionan propiedades refractarias, o las "cerámicas grises" que proceden de cocciones reductoras; lo mismo que la "cerámica gris", extremadamente común en el noreste peninsular puede ser lisa o pintada en blanco.
- La existencia de diferentes producciones regionales ha propiciado que en un primer momento los estudios de la cerámica ibérica se limitaran a colecciones específicas (el Valle del Ebro, la Alta Andalucía, La Provincia de Alicante, la Región de Murcia), aunque existen diferentes propuestas de síntesis general.
- En cuanto al origen de las cerámicas ibéricas pintadas, el estado actual de la investigación establece una clara correlación entre las importaciones fenicias del siglo VII a. C. y las primeras cerámicas a torno ibéricas que empiezan imitando aquellos prototipos, tanto en forma como en decoración, para consolidar posteriormente tipologías genuinas que incorporan también formas tradicionales del Hierro antiguo y formas de inspiración griega, cuando no directamente sus imitaciones.
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