En 1860 aparecieron en una tumba del Cortijo Maquiz un conjunto de cuatro piezas de bronze que debieron ser los apliques de una lanza de carro de parada. Se rematan con la cabeza de un lobo y tienen grabadas en su parte posterior escenas míticas, como el árbol de la vida, hombres barbados, hombres con cuerpo de pez, jinetes sobre hipocampos y jabalíes. La presencia del carro en tumbas ibéricas representa el más alto nivel social. Estas valiosas piezas se conservan en el Museo Arqueológico Nacional.
En 1246 Fernando III cede a la Orden de Santiago la Torre y tierras de Maquiz, con carácter de Encomienda.
Es curioso este dato al hablarse de la Torre de Maquiz, lo que nos hace pensar que en el siglo XIII aún siguen en pie monumentos de aquella Iliturgi.
A partir de entonces las citas sobre Mengíbar son cada vez más frecuentes, destacando las concesiones de privilegios reales a distintos señores de la nobleza sobre Portazgos, Alcabalas y Rodas de Mengíbar.
Conserva su iglesia con una gran concha de Santiago en su portada entre columnas coríntias, sobre ésta un óculo y coronando la fachada una espadaña de una sola campana.