[Escucha este texto]- Varias fueron las epidemias de peste en Jaén.
- En 1602 Alonso de Freylas, natural de Jaén licenciado en Alcalá y médico del obispo Sancho Dávila y del arzobispo Bernardo Rojas y Sandoval, se distinguió luchando contra su contagio y aislando los apestados en la Salobreja y la vecina Ermita de San Nicasio. Hubo dos brotes. Finalizaron tras sendas rogativas a la Virgen de la Capilla. El impresor Fernando Diaz de Montoya en 1605 imprimió en su casa, sita en la calle que por su imprenta recibió su nombre actual, la Calle Pilar de la Imprenta, el libro de Freylas: “conocimiento, curación y preservación de la peste” que fue entonces todo un referente.
- En 1681 llegó una nueva epidemia de peste. Luchó contra ella el médico Juan Bautista de Manzaneda. Se instaló el hospital tras la fuente de Don Diego, en la Calle del Jurado Juan Izquierdo, actual Calle Josefa Segovia. Finalizó la epidemia en agosto tras la procesión de Nuestro Padre Jesús de los Descalzos desde el Convento de San Jose al Hospital, por cuyo motivo se cerro y depositaron las llaves en sus manos (cuya replica en plata aun conserva hoy en recuerdo). En 1693 todavía vivía el Dr. Manzaneda en la Calle de Santa María que llevó su nombre en vida, y aun durante el siglo XVIII. La Calle Manzaneda. Una travesía vecina abajo, recibía el nombre de su colega, la Calle Freilas. Ésta conservó su nombre, y aquella lo perdió paradójicamente por el de Calle de los Muertos, hasta 1865 en que se acordó su variación. Freilas cambió por el de Calle Santa Cristina, previsiblemente en memoria del nombre de Cristina de Borbón, esposa de Fernando VII, y el de su nieto, el Príncipe Alfonso, sirvió para dar el nombre actual de Calle Príncipe Alfonso a la antigua Calle de Manzaneda.
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