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Catedral de Santa María
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Catedral de Santa María
Barroco, Religioso
Catedral de Santa María. Imafronte - Dibujo de la fachada y la torre de la catedral 1897Catedral de Santa María. Catedral de Santa María. Lateral sur
Catedral de Santa María. Pies del temploCatedral de Santa María. Cepillo electrónicoCatedral de Santa María.
Catedral de Santa María. Catedral de Santa María. Lado de la EpístolaCatedral de Santa María. Mqabriyya finales siglo IX. Museo de Santa Clara
Catedral de Santa María. Capitel de nido de abejas siglo X. Museo de Santa ClaraCatedral de Santa María.
  • Ubicada en la Plaza del Cardenal Belluga.
  • La Catedral de Santa María es una pieza clave del barroco español.
  • Se trata del edificio monumental más importante de la capital y es un compendio de todos los estilos artísticos que se suceden desde el comienzo de su construcción –finales del siglo XIV– hasta la finalización de su impresionante fachada barroca en 1751.
  • En su construcción participaron arquitectos y artistas tan importantes como Diego Sánchez de Almansa (siglo XV), Francisco y Jacobo Florentino (siglo XVI), Jerónimo Quijano (siglo XVI) o Jaime Bort (siglo XVIII).
  • Merece mención destacada, dentro del conjunto catedralicio, la Torre, con entidad y características propias, que sustituyó a la antigua torre medieval, demolida a principios del siglo XVI para construir la portada de la Cruz y la torre renacentista.
  • Otro aspecto sobresaliente de esta monumental construcción son sus capillas, de excepcional belleza, entre las que sobresalen la de los Vélez y la de Junterones, así como sus puertas laterales –de los Apóstoles o de las Cadenas– y la Sacristía y Antesacristía.
  • Cabe destacar, por su extraordinariamente rica talla la Sillería de la Catedral de estilo plateresco avanzado.
  • Tras la primera reconquista de Murcia en 1243 vendría el restablecimiento de la Diócesis de Cartagena pese a que desde un principio, los obispos residiran en la capital, funcionando esta como diócesis desde 1278. Así lo demuestra una concesión del Alfonso X al Cabildo sobre un "hilo de agua", que salía del Alcázar, para abastecimiento del templo.
  • Se puede afirmar que la mezquita mayor de Murcia se consagra al culto cristiano en 1266, tras la segunda toma cristiana de Murcia, con el nombre de Santa María de Murcia, y es en 1291 cuando se traslada oficialmente la sede episcopal a la capital por decreto del rey Sancho IV.
  • La planta de la actual Catedral se situó sobre gran parte de lo que era la quibla de la antigua mezquita mayor. En torno a ella se inician las primeras obras de capillas y anexos, teniéndose constancia de la construcción de una primera capilla dedicada a San Simón y San Judas y destinada a sepulcro del jurista murciano Jacobo de las Leyes y su familia, alrededor de 1295. La estructura de ésta serviría de base para la construcción de una torre campanario, que sustituyese al alminar de la mezquita, al que investigadores atribuyen un uso como campanario cristiano. Este complejo perduraría hasta 1510 fecha en que se destruye la capilla para construir la impresionante torre.
  • Será durante el obispado de don Pedro Peñaranda (1337-1351) cuando la mezquita sufra su más profundo cambio, acometiéndose las primeras obras, de estilo gótico, de nuestra catedral. Éstas corresponden al claustro y a lo que hoy son las salas del museo catedralicio y a la cabecera de la Torre. Y es durante el obispado de Fernando Pedrosa cuando se pone oficialmente la primera piedra de la Catedral actual, el 22 de enero de 1394, aunque las obras se habían iniciado años antes por la cabecera del templo, continuando con el estilo gótico.
  • Durante los primeros años del siglo XV se financió la construcción mediante distintos impuestos fijados desde el obispado. En este siglo emerge la figura de Alonso Gil como maestro mayor de la catedral en 1440, personaje al que tradicionalmente se le atribuía, erróneamente, la concepción y obra de la Catedral, ya que hasta hace pocos años no se tenía constancia de ningún otro maestro mayor hasta esa época.
  • Es a partir de estos años cuando ya podemos hablar de Diego Sánchez como maestro mayor de las obras, todo ello bajo el episcopado de Fray Diego de Comontes, durante el cual, también se llevan a cabo gran parte de las impresionantes obras de rejería y forja que se recogen en el templo.
  • El autor, Bernat Jufré, fue privilegiado públicamente mediante la exención de impuestos y es considerado como uno de los grandes maestros de la rejería y la forja en España. Continuó su obra su hijo Antón de Viveros, autor de las rejerías del Altar Mayor. En los años siguientes, bajo el episcopado de Lope de Ribas, las obras del templo de Santa María discurren ágilmente y es en la década de 1460 cuando se cierran las cúpulas de la catedral.
  • En este periodo aparece la figura de Diego Rodríguez de Almela como fabriquero, encargado del control y la coordinación de los trabajos de los numerosos maestros canteros que participaban en la obra. Entre todos ellos hay que destacar al ya mencionado anteriormente Diego Sánchez, ligado durante muchos años a la construcción de la Catedral y de otras obras civiles de la capital como la Contraparada. A él se deben obras tan importantes y definitivas como el alzado general, la puerta de los Apóstoles, la capilla de la Visitación (1479), los capiteles de las columnas, tan ricamente ornamentados, o las bóvedas.
  • Con la consagración del templo el 20 de octubre de 1467 puede dar por finalizada una primera etapa en la construcción del templo. Y ya durante el episcopado de Rodrigo de Borja (1493-1495) se llevan a cabo las obras de construcción de la capilla de los Vélez por mandato del adelantado don Juan Chacón, para sustituir a la ya existente de su suegro Pedro Fajardo.
  • La capilla de los Vélez será terminada durante el año 1507, siendo arquitecto de las obras de la Catedral el maestro Juan de León. Es a principios de este siglo cuando se inicia la construcción de la nueva torre, bajo la dirección del maestro Francisco Florentino, fue sucedido por Jacobo Florentino en 1522, al cual se debe la ornamentación interior de la sacristía, en la parte baja de la torre. A Florentino le siguió el maestro Jerónimo Quijano, en 1526, al cual debemos el segundo cuerpo (incluso la continuación del primer cuerpo) de la torre y la talla de las excelentes cajoneras de la Sacristía.
  • El maestro Jerónimo estuvo al frente de las obras hasta 1563, periodo durante el cual no pararon la obras de la torre. Cosa que sí sucedió durante el siglo XVII a raíz de un desplome de parte de ella. A partir de aquí se inicia la construcción del tercer cuerpo de la torre y de los cuerpos superiores bajo la dirección de José López. Es en 1785 cuando se pone el remate final de la cúpula realizado por Ventura Rodríguez y se pueden dar por finalizadas las obras de la torre.
  • Desde su consagración hasta el remate final de la torre, la catedral de Santa María de Murcia se va enriqueciendo con la construcción en su interior o anexada, de un gran número de capillas que aportan las notas artísticas de las distintas corrientes europeas y españolas, y que constituyen el gran valor del conjunto catedralicio. Se pueden destacar, además de la de los Vélez, las capillas de Junterones (hacia 1541) de estilo renacentista y una de las más bellas de España dentro de esta corriente italiana, la del Trascoro (1620) que recuerda a un gran retablo mayor y sobre la que está el órgano de Mérklin, la capilla del Santo Cristo del Milagro que cuenta con un retablo neoclásico, y otras muchas que cuentan con obras de diferente valor artístico.
  • Arquitectónicamente se trata de un templo de cruz latina, compuesto por tres naves y capillas laterales construidas a lo largo de toda la planta del templo.
  • El número de tramos desde el crucero a los pies es de cinco, de los que tres están ocupados en la nave central por el Coro (y el órgano), que se ubica en la posición tradicional de las catedrales españolas, es decir, a partir del tramo siguiente a los pilares torales del crucero. El número de capillas laterales es de cinco a cada lado, aunque inicialmente sólo fueron cuatro, hasta el siglo XVI, que es cuando se amplió la longitud de las naves, con la equivalencia de un módulo más en los pies, a fin de crear un espacio mayor entre el viejo trascoro y la fachada iniciada en el segundo cuarto de dicho siglo.
  • La girola se organiza en diez módulos de perímetro poligonal exterior, más dos tramos rectos; los módulos trapeciales externos de la girola se dividen en dos a efectos de formación de capillas. Aquellos paramentos en la dobladura de los muros permitió originariamente la aparición binaria de capillas en la girola, por lo que todas las que no se atienen a este esquema de dos fachadas en prolongación recta sin correspondencia con el desdoblado posterior en dos capillas (las del Corpus, la de los Vélez y la de los Medios Racioneros), corresponden a modificaciones realizadas sobre el esquema básico del templo primitivo.
  • La cubrición de la nave central se hizo con bóvedas nervadas hexapartitas sobre arcos torales poco apuntados, excepto las del crucero y capilla mayor que son estrelladas, mientras que las de las naves laterales más antiguas son igualmente hexapartitas con nervios combados, con un resultado en zig-zag por descuido en el planteo de los pilares, o porque previsiblemente estaba proyectado otro tipo de nervaduras, como podría deducirse de los jarjamientos de los nervios verticales sobre los plementos de las bóvedas.
  • Además existen una serie de edificaciones anejas, que se fueron añadiendo en diferentes etapas, a lo largo del tiempo. Es la suma de todas estas construcciones en distintos estilos artísticos lo que verdaderamente enriquece el conjunto catedralicio, resultando una ventana a un largo periodo de la historia del arte en Europa (S. XIV-XVIII).
  • Fachada Principal de la Catedral se trata de una obra del excelente escultor Jaime Bort, construida entre 1737 y 1751 para sustituir a la fachada anterior renacentista que se encontraba en un lamentable estado. Se trata de una de las obras cumbres del barroco español y se asemeja a un gigantesco e impresionante retablo mayor que se configurará como una obra maestra de la conjunción entre la arquitectura y la escultura.
  • Como colaboradores de Bort se pueden destacar algunos artistas como Juan de Gea y José López, atribuyéndose, incluso, alguna escultura de la portada al universal Salzillo, aunque también es probable que se tratase de obras de alguno de sus discípulos.
  • Durante la dirección de la obra por Jaime Bort, este se encontró con multitud de quejas provenientes del Cabildo y el Concejo que apremiaban en la evolución de las obras. Pero está lentitud, debida a la meticulosidad y profesionalidad del maestro arquitecto, redundaría en la consistencia y valor artístico de la fachada. Sin embargo esta inquietud ante el lento ritmo de los trabajos se hizo palpable en las obras de finalización de la Imafronte, que recayeron sobre otro maestro, al ser llamado Bort a la Corte antes de acabar con la obra.
  • Con el nuevo maestro, las obras irían a la velocidad esperada por las autoridades y esto es algo que se materializaría en un menor grado de perfección del ultimo cuerpo de la fachada. Es destacable el hecho de que para la construcción de esta obra se habilitó un taller cubierto en un solar próximo al templo, propiedad de los Vélez, en el que tuvieron que ser contratados un gran número de profesionales (canteros, escultores, tallistas, peones, etc) seleccionados personalmente por Jaime Bort.
  • La Capilla de los Vélez tiene personalidad propia y en su decoración podemos destacar elementos románicos, góticos, mudéjares y retazos del próximo Renacimiento, todo perfectamente armonizado en un avance lo que sería el estilo plateresco. Declarada Monumento Nacional en 1928, en la actualidad tiene grado de protección de Bien de Interés Cultural. En 1490 dieron comienzo las obras de la capilla de los Vélez, y es el 15 de octubre de 1507, según reza la inscripción sobre el friso, cuando quedan concluidas. Fue fundada por Don Juan Chacón en 1490, Adelantado del Reino de Murcia y está dedicada a San Lucas. Tiene algunas semejanzas con la capilla del Condestable de Burgos y la de Don Alvaro de Luna de Toledo por lo que en un principio se atribuyó a Juan Guás, cosa completamente descartada. La capilla se comenzó en 1490, sobre otra de factura gótica propiedad del suegro de Juan Chacón, que fue derribada por éste para construir la actual. La obra fue finalizada por su hijo, fruto de su matrimonio con Luisa Fajardo, Pedro Fajardo, una de las grandes figuras que posibilitaron la introducción del Renacimiento y el Humanismo en el levante y sur de la península. En la obra de la capilla podemos encontrar simbología escultórica que denotan claramente el linaje y el poder adquirido por la familia Fajardo. Muestra de ello son las cadenas de piedra que rodean todo el perímetro exterior de la capilla y los conjuntos escultóricos y relieves del interior. El uso de la cadena también lo encontramos en otras obras del momento como la Casa de los Momos de Zamora, el Hospital Real de Santiago de Compostela y el Colegio de San Gregorio de Valladolid. La importancia y poder de los Fajardo en Murcia queda patente en el detalle de que, la construcción de la capilla, quedaba fuera del contorno del área de la catedral, invadiendo para su uso particular, una zona que era de uso público. Este hecho influyó directamente en otros personajes posteriores en sus intenciones de no ser menos que los Fajardo; es el caso del Arcediano Junterones que aclaró que su capilla debía sobresalir y ser tan espléndida como la de los Vélez.
  • Capilla de Junterones. Acabada en 1545 es de pequeñas dimensiones pero de una gran riqueza decorativa y capacidad de maravillar. De estilo renacentista, se valora como una de las principales obras de esta corriente en España. Contiene un bello relieve en mármol de la Adoración. Desde su exterior impresiona por su belleza y armonía, dentro del conjunto artístico formado por la Capilla de los Vélez, Puerta de los Apóstoles y Capilla de Junterones (en el lateral del sur del templo). La capilla, con dos espacios sucesivos, es una muestra de las rivalidades y aspiraciones de las personas influyentes de la época, tras la muestra de poder en que se convirtió la Capilla de los Vélez de la familia Fajardo. Esta Capilla, situada en la nave del lateral de la Epístola, se debe a Jerónimo Quijano, que la construyó, posiblemente, siguiendo un proyecto de Jacobo Florentino, y en la que se incorporaron elementos escultóricos marmóreos de un claro origen renacentista italiano. La preexistente capilla gótica propiedad de Pedro Saorín paso a manos del Arcediano de Lorca Don Gil Rodríguez de Junterón, Protonotario Apostólico en tiempos de Julio II. Al fallecer éste la heredó su sobrino Don Diego Dávalos, también Arcediano de Lorca, y según su testamento del año 1574, ordenó terminarla, colocando las Sibilas con sus profecías y algunos santos. Las Sibilas son unas representaciones simbólicas que personifican las revelaciones de la venida de Cristo, a través de personajes antiguos no bíblicos, originarios de distintos países del mundo. Parece probable, que el proyecto fuera inicial de Jacobo Florentino ya que esta simbología aún no había calado en el arte español religioso cristiano. Por último, y aunque algunas autores lo ponen en duda, se considera que el relieve del Nacimiento, o Adoración de los Pastores, que se alza sobre el altar de la capilla, fue traído de Roma.
  • Sillería de la Catedral. La primitiva sillería era de nogal de buena calidad. Se hizo a mediados del siglo XV, cuando se consagró la Catedral, en 1467. Era gótica afiligranada. Se construyó siendo Obispo de Cartagena Lope de Rivas. Esta sillería, ya deteriorada, fue sustituida después de varias tentativas, por el Cabildo en Marzo de 1790. La obra fue realizada por el maestro carpintero de la Catedral Francisco López Reyes, siguiendo el proyecto de Alfonso Regalado. Se realizó la obra con madera de nogal y, tras doce años de trabajo, se inauguró la nueva sillería el 23 de Octubre de 1803. Esta sillería de estilo neoclásico prestó servicio durante unos cincuenta años, hasta que fue pasto del incendio del 4 de Febrero de 1854. La Sillería actual: En el año 1854, cuando se produjo el incendio que destruyó el Coro y el Retablo de la nave central, era Obispo de Cartagena Mariano Barrio Fernández. A la actividad desplegada por este Obispo se debe la R.O. de Isabel II, concediendo a la Catedral de Murcia la valiosísima sillería, que perteneció al extinguido Monasterio Bernardo de San Martín de Valdeiglesias, y que se hallaba en la Universidad de Madrid destinada a ser colocada en la Iglesia de San Jerónimo el Real. Esta sillería se instaló bajo la dirección de José Pérez Benito, que posteriormente realizó el sillón episcopal. El autor de esta sillería fue el tallista Rafael de León, realizando su obra en San Martín de Valdeiglesias entre los años 1567 y 1571. La sillería es de estilo plateresco avanzado y extraordinariamente rica de talla.
  • La Torre: Las primeras iglesias y basílicas católicas no disponían de torres. Sería ya en el siglo VIII cuando se generalizaría la torre campanario, a la que el estilo gótico y posteriormente el renacimiento le darían un impulso esencial como reclamo de las fachadas catedralicias. La Catedral de Murcia contó con una torre gótica durante el siglo XV. Una torre sencilla, de estilo gótico que en 1467 durante la consagración de la iglesia acompañaría a la primitiva fachada. La Torre actual de la Catedral de Murcia comenzó a construirse en julio de 1519 y concluiría sus obras en 1790 con 98 metros de altura y alrededor de 20.000 toneladas de peso. Más de 200 años para uno de los símbolos más reconocibles de la ciudad del Segura. La piedra que se utilizó en la construcción fue caliza, proveniente en su mayor parte de las canteras de Mayayo, en la Sierra de Carrascoy. También encontramos piedra del Raiguero, cerca de Orihuela y, en los elementos que precisan mayor resistencia, caliza del Puerto de la Losilla en Ulea. En cuanto a los muros, se ejecutaron desde los cimientos dos cañas concéntricas con muro de doble hoja con un espesor total de 6 módulos. El actuar de esta forma revela que desde el principio se había pensado en una torre de gran altura, con prolongación telescópica en alguno de sus niveles, y así ocurrió a partir del tercer cuerpo. Sería Mateo Lang de Wellenbach, Obispo de Cartagena en 1513, el impulsor de la construcción de la torre. En 1519 el Papa lo propone como Arzobispo de Salzburgo, una ciudad donde existían importantes torres asociadas a templos religiosos. Curiosamente esta fecha coincide con el inicio de las obras de la torre murciana. El obispo tenía su residencia en Roma, en una casa palaciega que habría proyectado el arquitecto italiano Sangallo y concluido en 1518 Francesco dell´Indaco. En aquella residencia se realizó una torre inconclusa cuya articulación venía dada por pilastras pareadas corintias bramantescas, renacentistas, sobre pedestal que encuadran ventanas. El germen de lo que posteriormente serían los dos primeros cuerpos de la Torre de la Catedral de Murcia. También resulta llamativo las amistades que en Roma tenía la familia Sangallo, entre las que se encontraba Francisco Florentino, a la postre uno de los primeros tratadistas o arquitectos que tomaron contacto con la obra y hermano de Jacobo Florentino, principal arquitecto del primer cuerpo de la torre. El segundo cuerpo se continuó por los años 40 bajo la dirección de Jerónimo Quijano siguiendo también modelos renacentistas. Es en estos momentos cuando la construcción sufre un importante parón hasta los años 60 del siglo XVIII. En 1765 comienza a levantarse el tercer cuerpo de la torre y su remate final, el renacimiento ha dejado paso a un nuevo estilo, el barroco, y bajo su influencia trabajaría José López, que incluso corregiría la inclinación de la Torre gracias a una mayor carga de peso en el lado noreste de la construcción. Corona todo el conjunto una cúpula realizada por Ventura Rodríguez de estilo neoclásico y una linterna como remate.
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