Castillo Víboras. Murallas

[Escucha este texto]

El Castillo Víboras posee tres recintos fortificados.
El primer recinto se trata del Alcázar (Castillo Víboras. Alcázar).
El segundo recinto o alcazaba es de unos 3.000 metros cuadrados (120 x 25 m.), alargado y en dirección E-O, presentando una pequeña curvatura en la dimensión mayor.
El tercer recinto no es cerrado sino que son más bien muros de contención para formar un terreno amesetado por el que discurre el Camino del Río (Castillo Víboras. Camino del Río).
Limita por el norte con la formación rocosa de mayor dimensión (anchura de 1,5 m. y altura variable 8-10 m.) y por el sur con una muralla levantada sobre otro afloramiento rocoso más pequeño.
La elección del sistema constructivo así como de los materiales estuvo claramente condicionada por la morfología del emplazamiento. La cantera natural de caliza dolomítica, la presencia de rocas yesíferas en los alrededores, la verticalidad de los estratos de roca o la acentuada pendiente hacia el río, condujeron a la construcción del castillo de esa manera y forma, como respuesta más acertada a unas condiciones que la naturaleza del lugar ofrecía.
Aparte de utilizar los estratos rocosos sin casi modificarlos en la formación de murallas naturales, constructivamente se recurre a una solución mixta de vaciado de la roca y levantamiento de paramentos de mampostería unida con argamasa.
La delimitación del perímetro amurallado por la parte norte se realizó aprovechando al máximo la condición de muralla natural del afloramiento rocoso, culminándose donde acabó, siendo necesario con elevaciones y antepechos de mampostería para permitir la formación de adarves de vigilancia.
Cuando se necesitan paramentos de más envergadura, como en el caso de las murallas, se recurre al sistema habitual de formación, mediante mampostería, de las capas interior y exterior; rellenando el espacio contenido con mezcla de cascote y argamasa. Este sistema no necesita del labrado riguroso de las piezas exteriores; no obstante, se observa un especial cuidado en la elección del tamaño y la forma de las mismas en la disposición de hiladas, más o menos regulares.
Al ser utilizado el propio material rocoso para la obtención de piezas de construcción, formándose los nuevos paramentos sobre la misma base pétrea, la imagen de conjunto del castillo se muestra incapaz de distinguir lo natural de lo construido, la roca de la muralla, etc. ofreciendo una visión, en parte, de camuflaje e integración en el entorno natural.