Historia de Beas de Segura

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Los 35 yacimientos arqueológicos localizados en su término dan prueba de su historia.
Las piezas mas antiguas que se conservan en el museo arqueológico provincial, son las del yacimiento de Puente Mocho.
Poblados de la Edad del Bronce, como el del Cortijo de los Cuatro Vientos o Bretaña, o el de Cornicabral, definen una intensiva ocupación centrada en la agricultura y el control de los centros mineros.
Una nueva ordenación del territorio se define al final de la Etapa Ibérica, con Morron de Guadahornillos como centro de control y numerosos asentamiento agrícolas.
En Beas se han encontrado muchos restos paleolíticos que se exhiben en el Museo de Jaén junto con una cabeza de guerrero.
Su nombre proviene del término latino Veha que significa camino o vía, por encontrarse en el cruce de tres vías romanas que se dirigían a la Sierra, al Levante y al Condado.
También se encontó una bandeja de vidrio con pez en el fondo de los siglos II o III.
En la Edad Media Beas contó con un complejo recinto fortificado que el tiempo y el crecimiento de la población se ha encargado de arrasar.
Este sistema defensivo se asentaba en la parte alta de la población: un amplio recinto, con al menos cuatro torres en su flanco norte y en uno de sus extremos el alcázar rodeado por una barbacana.
En esta etapa Beas debió ser una de las 300 aldeas que según al-Zuhuri existían en esta zona o una de las 33 fortalezas.
La villa debió ser conquistada entre los años 1224-1227 por don Juan, obispo de Osma, Canciller del rey de Castilla Fernando III.
Debido a su localización estratégica, el Maestre de la Orden de Santiago don Rodrigo Iñiguez, logró su permuta por una serie de lugares en la diócesis de Osmar a favor del mencionado obispo en 1239.
Aquí pasaron largas temporadas San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús.
En 1575 y 1578, Beas contesta a las Relaciones Topográficas de Felipe II, en las que aparece como un centro económico floreciente de la zona de Segura.
Tenía unos 4.500 habitantes y una fuerte impronta agraria, doce molinos harineros, dos destinados al aceite y cinco batanes para transformación de la lana e industria pañera.
Durante este reinado estuvo incluida primero en la demarcación territorial de Toledo y dentro de la Encomienda de la Orden de Santiago, pasando, posteriormente, a la dependencia del Gobernador de Segura.
Miguel de Cervantes visitó el pueblo como recaudador de impuestos para la corona.
A mediados del siglo XIX la situación había tomado el giro contrario, su población descendió a los 731 vecinos, unas 2.695 almas. La villa con 500 casas, 16 calles y 3 plazas, era sólo el testimonio del esplendor pasado y de los desastres ocurridos a principios de siglo con la ocupación francesa, que entre otros destrozos, incendió la iglesia y la casa consistorial.
En 1900 tenía una población de 6.045 habitantes.
Esta relación se compone de caídos en acción de guerra y asesinados durante la Guerra Civil (Fuente http://heroesymartires.blogspot.com.es, Catedral de Jaén):
Juan Ardoy Ardoy
Salvador Bueno Bueno
Francisco Campillo Avilés
Miguel Cuadros Martínez
Tomás Fernández Valenzuela (Sacerdote)
Pedro Frías Sánchez
Agustín Juan Gómez Hornos
Obdulio Jiménez Vigil
Lucas Muñoz Bezares (Sacerdote)
Juan Ignacio Muñoz Nieto (Sacerdote)
Francisco Navarro Flores
Lorenzo Ojeda Zuloaga
Luis Ruiz Pina
Pascual Ruiz Pina
Ramón Ruiz Ramírez
José Sánchez Frías
Saturnino Sánchez Frías
Juan Sánchez Pérez
Domingo Sola Frías
José de la Torre Martínez
Julián Ardoy Frías
Leonardo Ayuso Vélez
Rafael Benítez Andújar
Juan Bueno Ocaña
Ignacio Cabrera Cerrillo
José Cabrera Cerrillo
Félix Cañabate Orbe
Teófilo Cuadros Chinchilla
Celestino Cuadros Huertas
Leonardo Frías Bejarano
Juan Antonio Frías Sánchez
Francisco Gilabert García
José Gilabert García
Anselmo Ibáñez Medina
Juan López Gutiérrez
Andrés López Martínez
Gonzalo Magaña Rodríguez
Blas Martínez Muñoz
Manuel Martínez Peña
Francisco Medina Forminalla
Manuel Muñoz Montesinos
Marino Ojeda Zuloaga
José María de Pereda
Alejandro Rivilla Llavero
Ramón Rodríguez Ayuso
Pascual Ruiz Avilés
Escolástico Ruiz Pérez