| Desde el Salto del Brincola | |
[Escucha este texto]- No confundir con la aldea medieval de Otiñar Viejo.
- Pueblo Fantasma.
- La finca se formó por la unión de los cuartos del Castillo de Otíñar y la Aldea La Parrilla, pertenecientes al caudal de propios del Ayuntamiento de Jaén, que se resistió a la desamortización de los mismos alegando incumplimientos de las condiciones impuestas por la Corona.
- En 1824 el Ayuntamiento sacó a subasta los cuartos de la dehesa de Otíñar, adquiridos por el jiennense Don Jacinto Cañada y Rojo, con la condición de edificar a su costa una villa, levantándose casa consistorial, iglesia, 16 casas y una calle, la Calle de San Fernando en honor al rey, que después se llamaría Calle Jacinto Cañada.
- Su fundación se hace en 1826.
- El 1 de Octubre de 1831 su dueño conseguía una cédula Real de Mª Cristina de Borbón para que Otíñar se llamase Villa de Santa Cristina, otorgándose a su propietario el título nobiliario de Barón de Otíñar y aprobándose el señorío del lugar (2 del 8 de 1833).
- No llegó a convertirse en un verdadero Señorío pues el título de Barón no tuvo efectividad porque por lo visto no se pagaron los derechos a la Real Corona. El título de Barón de Otíñar nunca gozó de sanción legal o validez a tenor del registro de títulos existentes en el archivo del Ministerio de Justicia, donde no consta. Aunque siempre los lugareños llamaron Barón al propietario.
- La población se construyó de nueva planta, estructurada en torno a una plaza (Plaza Juan Antonio Martínez) donde se ubica la Iglesia de Santa Cristina, la Casa de los Señores de Otiñar (Casería de Otiñar), de la que parten dos calles empedradas, la Calle Jacinto Cañada y la Calle de las Mercedes. Se tomó como modelo y marco legal el de la fundación de la aldea de San Calixto, en el término muncipal de Hornachuelos, Córdoba de 1825 fundada por Francisco Sánchez Gadeo, Caballero de la Orden de Carlos III, en una finca de su propiedad.
- Completaba el asentamiento un conjunto de cortijos y chozas dispersos en las vegas del Quiebrajano, que junto a las manchas de secano distribuidas por el sector norte del latifundio, constituyeron la base económica de los pobladores, provenientes en inicio de zonas de la sierra de Almería, Granada y sur de Jaén.
- En 1844 dispuso que la posesión pasase a manos de su sobrina Mª Juana Nieto Cañada cuyo segundo esposo, Juan Antonio Martínez Bailén, al enviudar, casó con su cuñada Mª del Dulce Nombre Nieto Cañada, nueva heredera y uno de cuyos hijos, Rafael Martínez Nieto hizo revivir la aldea.
- Don Rafael, amante de Jaén, llegó a ser Alcalde y Gobernador, aumentando la población de la aldea con 3 calles, escuela y trajo la luz.
- Llegó a contar con unas cincuentas viviendas de colonos organizadas en tres calles y una plaza, casa consistorial, escuela pública y templo parroquial.
- Fundamentalmente se diferencian tres sectores, área residencial, industrial y cementerio (Cementerio de Santa Cristina), aunque también se ha incluido una serie de cortijos e instalaciones dispersas relacionadas con la aldea.
- En 1893 se creó la parroquia de Santa Cristina con un retablo que presidía la Virgen de la Merced, patrona de la Villa.
- La iglesia se agregó a la parroquia del Sagrario.
- A principios del siglo XX la aldea se urbaniza y la Diputación Provincial de Jaén construye la carretera de acceso.
- Al morir en 1924 y pasar a manos de su hija: Mª del Dulce Nombre Martínez Serrano comenzó su declive.
- Hasta la Guerra Civil, la población prospera y llega a contar con 300 habitantes dedicados casi en su totalidad a la agricultura, con un fuerte complemento ganadero.
- Se crea la vaquería junto a la antigua aldea (Vaquería de Otiñar).
- La única casa habitada actualmente es la Casa de la Vaquería, que se encuentra a las afueras de la aldea.
- Tras la Guerra Civil se produce la despoblación del sitio, que se abandona por completo a principios de los setenta.
- En sus inmediaciones se encuentra la Era de Santa Cristina.
- Código PIA 230500298.
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