Necrópolis Preibera del Cerro de los Vientos

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Ubicada en el desaparecido Cerro de los Vientos.
Está datada entre los siglos VII y VI a. C.
Estaba situada en la ladera norte del Cerro de los Vientos.
Se han identificado 14 estructuras, parcialmente excavadas en la base geológica, agrupadas en dos zonas, que mantenían una relación visual directa con el cercano Oppidum ibero de Gil de Olid en el Puente del Obispo.
En la cima de una de las pequeñas lomas que descienden desde el cerro de los Vientos a la vega del rio Guadalquivir, se localizaban 2 pequeñas fosas de tendencia ovalada con un diámetro cercano al metro (E28 y E32). En su interior aparecieron restos de al menos 11 recipientes cerámicos; siete de ellos, son cuencos realizados a mano, con una cocción reductora y un tratamiento muy cuidado de sus superficies, incluso en algunos casos aparecen decoradas con motivos geométricos en color rojo y amarillo, pintados tras la cocción. Junto a los cuencos, fueron depositados varios platos y recipientes de almacenaje realizados a torno, con una clara influencia orientalizante. La ausencia de restos óseos en estas dos estructuras alejadas del núcleo central de los enterramientos, indica que no se trata de tumbas, sino estructuras relacionadas con el desarrollo de rituales de comensalidad asociados al ámbito funerario.
A mitad de ladera, a poco más de 90 metros al norte, se concentran el resto de estructuras, que presentan características constructivas similares; simples fosas de tendencia circular-ovalada, con una escasa profundidad conservada (entre 10 y 30 cm). Su distribución espacial permite agruparlas en 2 grandes conjuntos: El primero agrupa las estructuras 25, 26 y 27. En el interior de la E26 fue depositada una urna realizada a mano, que contenía varios fragmentos de anillas de bronce, junto con dos cuentas de collar de pasta vítrea de color azul, así como un elemento de hierro indeterminado. Del interior de la urna fueron recuperados restos óseos termoalterados por combustión, pertenecientes según el estudio antropológico realizado, a una mujer joven subadulta. A escasos 10 metros al oeste, se localizan las estructuras 6A y E6B, que aparecen delimitadas por una laja de piedra, sin ningún tipo de elemento en su interior. La segunda agrupación se localiza en el límite sureste del área analizada. Esta integrada por complejo estructural 1 (compuesto por 4 estructuras, E35, E33, E34 y E5) y por las estructuras E2 y E3. Esta última aparece completamente vacía en su interior, mientras que la E2 conservaba restos de 2 ollas realizadas a mano con incrustaciones de bronce al exterior de su boca. Ninguna de las dos presentaba restos humanos.
La necrópolis muestra un periodo complejo, de hibridación y transformación ante un nuevo escenario social y cultural, en el que las élites locales consolidan y desarrollan su posición dominante. Se ha producido un cambio trascendental en el ritual funerario, pasando de la inhumación del cadáver a la cremación. La jerarquización social, posiblemente basada en el parentesco, comienza a reflejarse en el ámbito funerario mediante la acumulación de productos de prestigio claramente diferenciados. Por un lado, las urnas en las que son depositados los restos humanos, además de la mayor parte de los elementos cerámicos de ajuar, son realizados a mano, con un posible origen local y muestran una clara tradición indígena con decoraciones postcocción. Por otro lado, objetos de prestigio, de clara filiación fenicia-orientalizante, objetos de lujo, símbolos de poder, depositados en estas tumbas, que muestran importantes innovaciones: primera aparición de cerámica a torno, empleo de la técnica de decoración que utiliza los óxidos de manganeso y cocción oxidante, cambios en la vestimenta con la presencia de fíbula de doble resorte y en el adorno personal con los anillos de plata y bronce o cuentas de collar.