| Mango de espejo en miniatura. Bronce. Museo Provincial de Jaén | |
[Escucha este texto]- Es un espacio de culto con más de 2300 años de antigüedad.
- Junto con el Santuario del Collado de los Jardines, en Santa Elena, demarcarían los límites del territorio político de la ciudad de Cástulo (Linares).
- La localización del Santurario de Castellar se vincula al camino que se dirigía hacia a Mentesa Oretana (Villanueva de la Fuente, Ciudad Real) y a Libisosa (Lezuza, Albacete). Con la romanización este camino se consolida, pasando a denominarse como Vía Heraklea y, posteriormente, como Vía Augustea. Su recorrido ha podido ser reconstruido gracias a la información recogida en los Vasos de Vicarello, junto con los hallazgos de miliarios asociados a localidades citadas en los mismos, como Ad Duo Solaria (en el entorno de Montizón) o el documentado al pie del Cerro de la Cabeza Chica (en Aldeahermosa).
- Uno de los rasgos que caracterizan a estos santuarios es la presencia de cientos de exvotos en bronce como principal ofrenda depositada.
- Este santuario se descubrió por los exvotos de bronce ibéricos que, desde el siglo XIX circulaban y se atesoraban en colecciones privadas.
- El interés por los llamados mingos provocó que fuera expoliado ilegalmente a lo largo de gran parte del siglo XX.
- Desde 1912 fue objetivo de intervenciones encaminadas a su conservación y en estas primeras actuaciones la Cueva de la Lobera fue frecuentada por eruditos conmovidos por tan rico patrimonio arqueológico. Las primeras teorías sobre este santuario surgieron entonces.
- Hacia mediados del siglo XX el Instituto de Estudios Giennenses (Diputación de Jaén) interviene en la recuperación de materiales para el reciente Museo Provincial de Jaén.
- Años mas tarde se retoman las investigaciones dirigidas por G. Nicolini, en las que participó el entonces Colegio Universitario de Jaén. Las excavaciones se prolongaron hasta principios de los 90 y gracias a ellas se conoce como se organizaba este santuario.
- En la actualidad se están llevando a cabo nuevas investigaciones orientadas al conocimiento general del culto practicado.
- Aún compartiendo los mismos rasgos culturares e ideológicos, se observan algunas diferencias entre los dos santuarios, como la mayor presencia de exvotos femeninos en el de Castellar.
- El santuario se encuentra sobre una cornisa rocosa en lo que se conoce como los Altos del Sotillo.
- A una distancia de 1,5 o 2 kilómetros del núcleo de la localidad, en la carretera Linares-Orcera.
- Son cuevas naturales con hornacinas.
- Dentro de este santuario, cabe destacar el núcleo central constituido por la conocida cueva de la lobera así como una serie de cuevas más anexas hasta un total de cinco y que podrían tratarse de viviendas que actualmente se encuentran en un lamentable estado.
- La mayor se llama Caverna del Ídolo, con una explanada artificial delante, donde se reunían los fieles adoradores de las divinidades íberas, como la luna o la diosa de la fertilidad.
- Una especie de mesa de piedra a su entrada.
- Este santuario de la Lobera se puede encuadrar cronológicamente en torno al siglo V a de C. aunque también se han encontrado niveles de ocupación de gran relevancia entre el siglo IV y III a. de C. Y se mantiene en uso de forma interrumpida hasta el siglo II d.C., sufriendo reestructuraciones con la romanización del Alto Guadalquivir.
- Uno de los sitios en los que se ha documentado este poblamiento de la Edad del Bronce dio lugar con el paso del tiempo al santuario ibérico de la Cueva de la Lobera y de su entorno los Altos del Sotillo o Cotillo.
- En 1913 cita Sanjuán Moreno que él y Jiménez de Cisneros fueron encargados por la Real Academia de la Historia para que emitieran un informe que defendió el marqués de Cerralvo, sobre la importancia real de lo que parecía ser un santuario ibérico a juzgar por los hallazgos procedentes de aquel sitio.
- En 1917 R. Lantier publicó el primer estudio del sitio a partir del análisis de sus exvotos.
- Desde entonces hasta hoy los trabajos se han sucedido y puede afirmarse con seguridad que aquel núcleo de la Edad del Bronce que ocupó la cueva y las laderas del lugar después de ser abandonado fue reocupado a finales del siglo IV antes de Cristo como un centro de culto de los íberos oretanos.
- El lugar se define por la existencia de un conjunto de cuevas y abrigos que se levantan hoy a la derecha de la carretera que transcurre desde Castellar a Beas de Segura.
- La cueva de la Lobera es un abrigo no muy profundo que se hallaba próximo al menos a dos manantiales de agua. La Fuente del Caño y la del Cotillo.
- Hoy sabemos por los trabajos que en los años ochenta desarrollaron allí las universidades de Poitiers y de Jaén que el acceso a la cueva se hizo por una rampa protegida en el lateral abierto a la ladera por grandes piedras clavadas en el suelo verticalmente.
- Fue seguramente al alcanzar la parte superior, la cueva, cuando los oferentes echaban los exvotos a ella, sin embargo el gran numero de trabajos y continuados expolios que se han desarrollado delante de ésta hacen imposible decir cómo era en aquel momento.
- La pendiente natural se salva con la construcción de distintas terrazas que facilitaban el acceso a las zonas de ofrendas.
- Delante de la cueva, en la ladera que se abre hacia el norte, se sabe que existían casas aisladas de planta rectangular y de una o dos habitaciones construidas con zócalo de piedra y pared de adobe o tapial.
- Delante de cada una de estas casas existía una terraza, construida artificialmente y por uno de sus laterales se accedía a los caminos que ascendían hacia la cueva.
- La existencia de varias de estas casas excavadas hace pensar que el santuario tuvo un carácter muy superior al ámbito local y que seguramente en determinadas épocas del año concentraba en el lugar gentes procedentes de varios oppida ibéricos.
- Estas casas pudieron tener funciones determinadas en la preparación de los rituales.
- Los fieles accedían a estos espacios a través de un recorrido predeterminado y desarrollarían las prácticas asociadas al tipo de petición seleccionada.
- Se trata de un santuario étnico de los oretanos que concentraba allí poblaciones de uno y otro lado de Sierra Morena bajo el control político de un centro como Cástulo.
- El santuario es un hito monumental perceptible desde grandes distancias, al estar ubicado dominando el Valle del Guadalimar. Desde la Cueva de la Lobera se percibe en el horizonte el inicio de Sierra Morena.
- Es conocido que precisamente en esos años finales del siglo IV antes de Cristo, los oretanos que luego se revelaron contra los cartagineses, estaban construyendo un estado de gran tamaño.
- El santuario se situó además teniendo en cuenta la posición estratégica de estas tierras para conectar poblaciones de uno y otro lado de Sierra Morena.
- Es muy posible que la primitiva vía ibérica transcurriera hacia el norte y el levante siguiendo el río Guadalén-Montizón y no el Guadalimar que después constituyó la conocida vía de Aníbal.
- Aquí fueron descubiertos miles de exvotos, estatuillas de bronce representando figuras femeninas, guerreros y animales, que se ofrecían a los dioses como muestra de agradecimiento y adoración.
- Al ser tomado el territorio por Roma, el Santuario perdió su pujanza. Y la zona de culto se restringe al área de la Cueva de la Lobera.
- La disposición y los servicios cambió el sitio de ocupación y los edificios se dispusieron sobre la cueva, en el escarpe que se levanta hacia el sur.
- La crisis del Santuario no supuso su abandono
- Valentín Romero Castillo, un policía jubilado, atesoraba 454 piezas expoliadas del santuario ibérico, situado en una finca de su propiedad, y que tenía colgadas en las paredes de sus viviendas de Castellar y Jaén. Se trataba de exvotos ibéricos. Además, se recuperó 312 monedas correspondientes a distintos periódicos históricos, del romano al musulmán, 27 puntas de flecha, platos de cerámica ibérica, botones de bronce, aros y ocho hachas de la edad del bronce.
- Por los continuos e innumerables expolios a los que se ha visto sometido se pueden encontrar exvotos de bronce, procedentes de este lugar repartidos por todo el mundo, París, Londres, Nueva York...
- Los exvotos de bronce, de unas dimensiones que oscilan entre los 2 y 14 centímetros
- Son característicos del santuario de los Altos del Sotillo, unos bronces con representaciones humanas masculinas y femeninas así como distintas representaciones de partes del cuerpo humano como piernas, manos, etc. e incluso animales domésticos, destacando los caballos, carneros...
- Encontrándose figuras de un gran trabajo y elaboración con mucho detalle tanto en el vestido como en los rasgos humanos destacando fundamentalmente lo que sería la cabeza.
- En la elaboración de estos bronces de más belleza plástica cabe destacar la técnica de la cera perdida donde una figura se trabajaba sobre la cera que a su vez se recubría de tierra y se calentaba hasta que la cera se derretía y su puesto era ahora ocupado por el bronce que se introducía en este molde por un pequeño orificio, normalmente en la parte baja o lo que serían los pies. Una vez acabada la pieza ésta se limaba para acabar con cualquier tipo de imperfección en la fundición y a su vez se pulían y en muchas ocasiones, dependiendo del trabajo sobre la propia figura de cera los rasgos faciales o naturales de la figura se trabajaban directamente con un punzón o buril.
- También existen de arcilla o piedra.
- La ofrenda es depositada bien para solicitar un favor o bien porque éste ya se haya concedido.
- Los ritos curativos serían un grupo principal de peticiones, manifestaciones a través de exvotos anatómicos.
- Los ritos relacionados con la fertilidad y la fecundidad eran abundantes también, se depositaban exvotos de diferentes formulaciones, en los que, en ocasiones, se exageraban los órganos sexuales.
- Igualmente se desarrollaban los ritos de paso a una edad madura y prácticas relacionadas con las celebraciones nupciales.
- Algunos momentos importantes en la vida de este santuario pudieron coincidir con los equinoccios (20 o 21 de Marzo y 22 o 23 de septiembre de cada año). Estos días al anochecer de los equinoccios la luz del sol entra hasta el fondo de la cueva por una abertura que proyecta una imagen similar a los exvotos femeninos con su tocado circular, posiblemente la representación de la diosa. Este echo pudo suponer que los íberos elegieran estas cuevas como su santuario.
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