Torreparedones

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Conocido también por otros nombres: Torre de las Vírgenes y Castro el Viejo.
Constituye uno de los lugares más importantes de la provincia de Córdoba desde el punto de vista arqueológico, incluso de toda la Península Ibérica.
El sitio estuvo habitado por el hombre desde la Edad del Cobre (2000 a.C.) hasta la Baja Edad Media (Siglo XV), quedando algunos restos de población ya entrado el siglo XVI, alcanzando su máximo esplendor en las épocas ibera y romana, cuando logró la condición de colonia o municipio.
Su muralla (Torreparedones. Muralla) tiene un perímetro aproximado de 1.5 km.
En la parte más alta del recinto amurallado el asentamiento tiene 10,5 Ha. mientras que en su base alcanza las 13 Ha.
Las investigaciones realizadas hasta la fecha solo han permitido conocer una parte mínima, aproximadamente un 10% a enero de 2021.
La prospección geofísica ha permitido constatar la presencia en el interior del asentamiento de numerosas estructuras de edificios (Torreparedones. Casas), viario, etc. y también evidencias de las zonas funerarias situadas a extramuros.
Es conocido desde la Edad Moderna por la aparición casual de notables vestigios que denotan la categoría que tuvo en la Antigüedad.
Está situado en plena campiña cordobesa y forma parte de las demarcaciones municipales de Baena y Castro del Río.
En torno al año 600 a. C. se construyó la muralla de un perímetro de un kilómetro que protegía una extensión de más de diez hectáreas, lo que sería el antiguo oppidum íbero, una ciudad fortificada en altura, de los más importantes en la campiña cordobesa, alcanzando su máxima expansión. Dicha muralla estaba reforzada con torres proyectadas hacia el interior. Aunque se desconoce la organización exacta de esta primera ciudad íbera, las viviendas estaban realizadas en adobe y tapial, mientras que a partir del siglo V a. C. se empezaron a construir de mampostería.
Tras la conquista romana de la zona, los invasores consiguieron reaprovechar y fusionar el antiguo oppidum íbero con la nueva ciudad romana, habiendo evidencias de construcciones durante la República romana debido al hallazgo de cerámica campaniense de la época por todo el yacimiento. Con el alzamiento de Augusto como primer emperador romano, la ciudad alcanzó un nuevo estatus tal y como demuestran los relevantes cargos a elegir en el momento en la ciudad: aediles y duoviri, entre otros.
Torreparedones ha sido identificada en varias ocasiones como Ituci Virtus Iulia, población descrita por Plinio el Viejo e incluida en el Conventus Astigitanus, una división de la provincia romana de la Bética con capital en Écija, aunque varios estudios arqueológicos más recientes la identifican con la localidad de Bora, descrita por Plinio el Viejo como Ebora Cerealis.
Historiadores y eruditos locales lo mencionan, una y otra vez, para resaltar el papel determinante que debió jugar en episodios tan señeros como la guerra civil que enfrentó a cesarianos y pompeyanos a mediados del siglo I a.C. que tuvo en la campiña uno de los escenarios más destacados.
El hallazgo casual del llamado mausoleo de los Pompeyos, en 1833, una tumba monumental que contenía los restos incinerados de 12 personas pertenecientes a una misma familia, con sus nombres grabados en urnas de piedra, supuso un hito en la historia del yacimiento pues llamó la atención de numerosos investigadores nacionales y extranjeros.
Entre 1987 y 1993 se desarrolló un ambicioso proyecto de investigación sistemático a cargo de un equipo de arqueólogos pertenecientes a las universidades de Córdoba, Complutense de Madrid y Oxford, dirigidos por los profesores Barry W. Cunliffe y Mª Cruz Fernández. Se excavó la muralla que rodea el asentamiento (10,5 Ha.), documentándose su técnica edilicia y cronología, que se fijó hacia el año 600 a.C; se descubrió, de forma parcial, un templo iberorromano dedicado a la Dea Caelestis, versión romana de la Tanit púnica y del que se recuperaron decenas de exvotos tallados en piedra y, por último, se puso al descubierto un sector de la puerta oriental de la ciudad antigua, dotada de dos impresionantes torreones para garantizar su defensa.
La importancia de estos descubrimientos y su publicación han hecho que hoy día Torreparedones sea un referente en los estudios de prehistoria, arqueología e historia antigua andaluzas.
El interés del consistorio baenense por recuperar este yacimiento ha supuesto que la totalidad del mismo sea ya de titularidad pública, que se haya vallado para garantizar su protección y que se haya puesto en marcha un proyecto de investigación para convertirlo en un parque arqueológico en el que se conjugan, no sólo valores históricos y arqueológicos, sino también paisajísticos, pues nos encontramos sobre una de las cotas más elevadas, con una visibilidad extraordinaria.
Los recientes trabajos de excavación han confirmado la importancia y monumentalidad, tanto de la puerta oriental y el santuario, donde se han recuperado más de 200 exvotos tallados en piedra, como del foro romano en el interior de la antigua ciudad amurallada.
Fuera de las murallas de Torreparedones, en el extremo meridional de la ciudad, se han detectado los vestigios de lo que hubo de ser un importante santuario íbero datado en los tiempos en que ya se registra aquí la presencia romana (siglos II-I a.C.). Se han encontrado multitud de pequeños exvotos fabricados en piedra caliza local, que destacan por su tosquedad y esquematismo.
Estas pequeñas estatuas se interpretan como exvotos ofrecidos en lo que fue un santuario ibero, para agradecer dones recibidos, cumplir promesas, pedir sanación de enfermedades, etc.
El santuario (Torreparedones. Santuario) debía aprovechar la especial calidad mineralógica del cercano manantial de El Pilar (Fuente de la Romana), cuyas aguas son recomendadas para enfermedades como la artritis, reumatismo, gota, etc.
En este enclave fue hallado un exvoto escultórico de piedra, representado por una figura femenina que tiene en su frente la inscripción latina Dea Caeletis -Dea Caelestis-, (que debemos interpretar como un sincretismo de la Diosa Madre IVNO_VENUS CAELESTIS romana-deidad de la fecundidad, de la vida y de la muerte y especialmente las de su versión curótrofa y nutricia-, con una Diosa local íbera) como la propia representación de la diosa.
Al exterior se encuentran otras zonas de interés arqueológico de las que cabe destacar la Fuente de la Romana y las necrópolis que se extienden hacia el norte (Torreparedones. Necrópolis Norte) y hacia el este (Torreparedones. Necrópolis Este).
En el 2005 se inició el proyecto del Parque Arqueológico.
En el 2006-2007 se hicieron las excavaciones de la Puerta Oriental (Torreparedones. Puerta Oriental) y el Santuario (Torreparedones. Santuario).
En 2007 es la declaración de Torreparedones como Bien de Interés Cultural.
En 2007-2008 son las excavaciones del Castillo de Torreparedones.
En 2008-2009 se hace la prospección geofísica y la adquisición de la Fuente de la Romana y de los terrenos del yacimiento situados en el término de Castro del Río.
En el 2010 se hacen los proyectos de consolidación, restauración y puesta en valor del Santuario, Puerta Oriental, Mercado (Torreparedones. Macellum), foro (Torreparedones. Foro) y Fuente de la Romana. Y la adquisición parcial de la Necrópolis Norte (Torreparedones. Necrópolis Norte) y la expropiación de terrenos para la construcción del Centro de Visitantes.
En 2009-2011 las excavaciones del centro monumental de la ciudad, como el Decumano Máximo, las Termas, el Mercado, la Plaza del Foro, el Templo, y la Basílica. También se hacen las excavaciones de la Necrópolis Este y el Centro de Visitantes.