Arco de San Lorenzo

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Ubicado en la Calle Almendros Aguilar número 29. Concretamente en la confluencia de las calles Almendros Aguilar y la Calle Madre de Dios.
Tiene la consideración de Monumento Nacional por Real Orden de 11 de octubre de 1877.
Es el único vestigio que queda de la antigua Iglesia de San Lorenzo erigida a finales del siglo XIII o principios del XIV y derrumbada en el XIX, concretamente en 1.825.
Hasta finales del siglo XVIII en que cayó en ruina la parroquia de tal advocación fue su sacristía.
El exterior es un sólido torreón que culmina en planta semicircular.
El arco es apuntado.
En la clave del arco meridional se localiza una cruz de Calatrava de piedra ahuecada, con dos flores en los ángulos superiores, y dos medias lunas invertidas, en los de abajo.
Visto desde la Calle Madre de Dios su aspecto es de fortaleza.
Es muy posible que la calle Amendros Aguilar fuese el camino de ronda de un primer recinto amurallado, a juzgar por los extraños restos de murallas que se han descubierto en el sótano del Palacio del Capitán Quesada, sito en la Plaza de la Merced, y otras en el antiguo Convento de los Jesuitas de la Calle Compañía, recinto del que podría incluso haber formado parte el Arco de San Lorenzo.
Es posible que fuese construido como gran contrafuerte de la iglesia, para salvar el apreciable desnivel entre la fábrica principal y esta calle Maestra alta.
O que se uniese a un torreón ya existente de dicha muralla.
También existen ciertos indicios que hacen sospechar una mayor antigúedad en el monumental cubo.
Servía como capilla de Jesús Nazareno del Hospital de la Madre de Dios, fundado por Juan de Olid, secretario del Condestable Iranzo, posiblemente enterrado en el suelo de esta capilla junto a su esposa Isabel Rendelez. Otros autores dicen que el hospital fue fundado junto al Arco de San Lorenzo por Luis de Torres en 1491.
Se accede directamente desde la Calle Almendro Aguilar por una puerta abierta en el intradós del Arco.
En la planta superior se situó el altar mayor y sacristía de la parroquia y en la parte inferior una pequeña capilla dedicada al santo titular.
Con puerta sencilla, en la Calle Almendros Aguilar, y escalera que lleva a una primera estancia que es una capilla cubierta de bóveda de ladrillo de las denominadas “de cascarón” pende un colgante de yesería con lámpara votiva..
Las paredes están cubiertas por un espléndido zócalo de alicatado mudéjar, con dibujos poligonales y romboideos y cenefas de lacería, así como la mesa del altar con estrellas de veinticuatro puntas; sobre la mesa en el testero un nicho rebajado, también con decoración de yesería igualmente mudéjar, donde se alberga un buen crucifijo, sobre fondo de damasco rojo.
Desde esta capilla, a la izquierda según se entra, por una puerta pequeña de arco ojival arranca una estrecha escalera, típica de las torres medivales, que se ilumina por saeteras y que lleva a la segunda planta, que era la sacristía parroquial. Un magnífico salón de cúpula ojival de ladrillo que tiene un arco de yesería con inscripción árabe, varios escudos nobiliarios y nichos con alicatados moriscos.
Sus piedras sirvieron de paredón al guerrillero Pedro del Alcalde el 17 de julio de 1.811.
Se rebajó sustancialmente la calle bajo el Arco para que el trono del Abuelo lo cruzase con más comodidad.
Se sentenció a muerte en 1.877 porque estorbaba al tráfico y era feo.
Se salvó gracias a la actuación diligente de un grupo de giennenses, encabezados por Federico de Palma y Camacho, que, al final, consiguieron, por Real Orden de 11 de octubre de 1877, que este Arco de San Lorenzo fuera declarado monumento nacional.
La estancia superior se comunicaba con una casa colindante al Arco y era de propiedad particular.
Su último poseedor, José Cámara Carrillo, hizo donación al Estado, con fecha 30 de diciembre de 1968.
En 1969 se restauró bajo la dirección de Luis Berges Roldán.
En febrero de 1981 cuando el Estado cedió en uso las estancias del Arco de San Lorenzo a la Asociación de los Amigos de San Antón que allí celebran sus actividades culturales semanalmente.
La tradición dice que aquí se veló el cadaver de Fernando IV el Emplazado fallecido en Jaén el 7 de Septiembre de 1312, pero probablemente esto no sea cierto por las reducidas dimensiones de la capilla para albergar un hecho tan significativo.
También fue este el lugar donde se bautizó el 6 de julio de 1555 a Maximiliano de Austria, primo del emperador Carlos I, que llegó a ser obispo de la diócesis de Santiago.
La pequeña capilla fue sede del primer y efímero Seminario Conciliar que se abriera en Jaén allá por 1620.
Agrupados los gremios y vecinos a finales de la baja Edad Media, surgieron en las parroquias numerosas cofradías de piedad. En cada una solía haber fijas tres, la de animas, la del santo sacramento y la del santo titular. En San Lorenzo además de la de San Lorenzo, la de Benditas Animas y la del Santísimo, que allí se llamaba del “Santísimo Sacramento y Madre de Dios”, (el nombre del antiguo hospital que en el siglo XVIII fuera casa de niños expósitos en la Calle Madre de Dios) existían cuatro cofradías más, la de San Benito, la de Santo Domingo de Silos al que celebraban fiesta junto a San Bartolomé, llamado de la Cuesta para diferenciarse por su situación de otra cofradía de San Bartolomé, la llamada de San Bartolomé del Llano sita en San Bartolome. Aquella cofradía de Santo Domingo no era de San Bartolome de la Cuesta que tenía su propia cofradía en la iglesia catedral. Por ultimo la cofradía de San Crispín y San Crispiniano. La cofradía de Santo Domingo de Silos, celebraba fiesta los días de su patrono y el de San Bartolome, con música, sermón y cohetes. Dada la pobreza de la iglesia de San Lorenzo, en el siglo XVIII esta cofradía cubría entre otras cargas la remuneración del sacristán y el organista. La de San Crispín, mas desfavorecida no contaba con otros bienes salvo una pieza de tierra de 18 celemines y su única carga era celebrar la fiesta el día de sus patronos. Sus retablos eran cuadros alusivos y didácticos. Cuando en 1825 se vino abajo la iglesia de San Lorenzo parte de su patrimonio se trasladó a la iglesia de la Merced. Hoy día, se encuentran allí expuestos los retablos de dos de aquellas cofradías. El de la cofradía de Santo Domingo de 1696 representa a Santo Domingo de Silos junto a San Bartolomé, patrón de curtidores, con el cuchillo del martirio y un demonio atado junto a él con una cadena, y el de la cofradía de Animas, a San Lorenzo y su parrilla sobre las animas del purgatorio. Sin embargo, la decadente cofradía de San Crispín, patron de los zapateros, poseía un magnifico cuadro datado de 1625 siendo gobernador, según reza en su ángulo inferior Cristóbal González Páez. Su autor, el pintor Sebastián Martínez Domedel. Hoy día procedente del Convento la Merced, donde se encontraba en su sacristía y en deposito en el Obispado.
Fue visitado por S. M. el Rey don Alfonso XIII el 15 de mayo de 1904, y por la Infanta Isabel, el 19 de Octubre de 1915.
Se veneraba hasta 1936, año en que desapareció, una tabla en forma de cruz con una pintura de Cristo. En la Calle Meced Baja, existía una tienda de comestibles al pie de un torreón. En cierta ocasión a un vecino se le escapó una gallina que en su día fue a esconderse en debajo de la tarima de la tienda. Al intentar recuperar el animal descubrió que en el reverso de la tarima tenía pintada la figura de un crucificado. La noticia llegó a oídos del Prior de San Lorenzo, que la hizo recortar en forma de cruz siguiendo el contorno de la representación del crucificado. Tras la desaparición de San Lorenzo, esta reliquia pasó a la iglesia de la Merced.
Sirvió como refugio antiaéreo en los años de la Guerra Civil.
En 1980, tras una laboriosa restauración llevada a buen fin por el Arquitecto don Luís Berges Roldán, el Arco de San Lorenzo volvió a abrir sus puertas en el año 1982, siendo cedido en uso a la Asociación de Amigos de San Antón, la cual lo cuida y utiliza sus estancias para actos culturales de divulgación histórica.
Referencia catastral 0204901, 0204901VG3800S0001RJ.