Ubicado en una rambla donde antiguamente había un lavadero público, del cual sólo quedan las ruinas.
Cantaban las coplillas:
... en cuanto nos ve el Tío Flores nos va pidiendo el real si no me das el real el cántaro no lo llenas y a los que van a lavar les cuenta la misma escena: si no me das el real por lavar dos o tres trapos te vas al Colmenarillo que te sale más barato.