Murallas de Málaga

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La muralla de la medina comenzó a levantarse en época califal, en el siglo XI.
Era una gran cerca de bastante espesor reforzada cada cierta distancia con torres que albergaban en su parte superior las estancias que servían como habitáculo de descanso para los soldados que la protegían desde el paso de ronda.
Se construyó en tapial, mortero de barro que se vertía y compactaba entre tablones de madera fijados por cuñas, las cuales, al perder su función, dejaron en la pared los característicos huecos llamados mechinales.
El sistema defensivo se completaba con un antemuro o barbacana que discurría paralelo a la muralla y separado de ésta por el llamado espacio de liza.
Cuando Málaga creció, la muralla fue perdiendo su funcionalidad, desapareciendo el foso que la rodeaba al rellenarse para urbanizar esta zona.
La muralla se mantuvo como tal hasta el siglo XVIII desapareciendo paulatinamente por el desinterés de su conservación.
El mejor tramo conservado es el de la Calle Carretería de construcción almohade en la segunda mitad del siglo XII. Gran parte de este lienzo se conserva integrado en las fachadas traseras de las viviendas.
Arrancaba desde la Alcazaba en línea recta hasta la Puerta de Granada, sin envolver a la alcazaba.
Continuaba por el lado sur de la Plaza de la Merced y Calle Álamos, desde donde partía el muro que rodeaba al arrabal de Fontanella.
Seguía por Calle Puerta de San Buenaventura, entrada al mencionado arrabal, y Calle Carretería hasta la Puerta de Antequera.
Desde este punto, la muralla se extendía paralela al Río Guadalmedina hasta adosarse a las Atarazanas.
Proseguía hasta el Castillo de los Genoveses, situado en la actual Plaza de la Marina, y por Cortina del Muelle hasta alcanzar de nuevo a la alcazaba.
El recinto amurallado se abría al exterior a través de varias puertas. Las mencionadas Puerta de Granada (Bab al- Funtanalla), Puerta San Buenaventura y la Puerta de Antequera (Bab al- Jawja), situadas en el lado norte, siendo la última la principal entrada a la ciudad. Por el lado del río se abría la Puerta del Puente. Al sur, la Puerta del Mar (Bab al- Bahr), la Puerta Baluarte, la Puerta Espartería (Bab al- Faray) y la Puerta de los Siete Arcos. Y por último la Puerta Oscura y la Puerta de la Caba, que comunicaban la medina con la alcazaba.