Cuevas Piquita. Cueva de la Tía Piquita

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Pertenece a la pensión troglodita de las Cuevas Piquita.
Es de las Cuevas del Llano.
Corresponde a la cueva número 5.
La cueva número cinco, la de La Piquita haría la función recepción y almacén o tienda de suministros de esta singular posada y conociendo la actividad “tratera” de la dueña, el lugar debió de constituirse en “centro logístico” para la recepción de esparto y posterior transporte del mismo, pues la actividad de arrieros en la zona estaba en continuo aumento y así vemos por los padrones municipales como para 1752 se contabilizaban ya cuarenta arrieros, que pasaron a ser sesenta para 1791 y ciento uno en 1833 y que seguiría creciendo en años posteriores por la fuerte demanda de esparto en el último cuarto del siglo XIX.
Presenta algunas características singulares, en primer lugar es la más amplia de todas, por ello pensamos que era la casa cueva de la Tía Piquita.
En segundo lugar, la sala de entrada o distribuidor parece cumplir la función de almacén o tienda, pues presenta alacenas con puerta, amplia cantarera y gran nicho para la exposición de mercaderías.
Cuando entras al distribuidor la gran cantarera está a la izquierda, después una hornacina con marco de haber tenido puerta y a la derecha hay una hornacina alta, la entrada a la cuadra y después una hornacina baja con marco de haber tenido puerta.
Después se pasa a una habitación trasversal que en su esquina izquierda tiene un pesebre bajo. Tiene varias hornacinas de luz y da paso a dos habitaciones una al frente y otra a la derecha.
A la derecha hay una habitación con chimenea que estaba más trabajada que la de las demás cuevas y con un banco cama a cada lado con la peculiaridad de tener tallada la almohada.