[Escucha este texto]- Los únicos restos que quedan del que fue Castillo de Beas son algunas murallas en el flanco norte con sus torres, entre ellas la Torre del Reloj con restos de una espadaña que sería la Torre del Homenaje y la puerta falsa.
- También quedan restos de las Murallas de Beas de Segura que rodeaban a la antigua villa de Beas.
- Estos restos han quedado enmascarados por las actuales edificaciones de la villa vieja de Beas de Segura.
- La antigua fortaleza medieval estaba organizada en torno a tres anillos amurallados bien diferenciados.
- Un primer anillo estaba compuesto por el alcázar del castillo, ubicado en la parte más alta del promontorio rocoso y pegado en su flanco norte a las murallas de la alcazaba.
- Según la Relación Topográficas de Felipe II del año 1575, el castillo de la Villa de Beas contaba con dos torres en la parte norte y dos puertas de entrada.
- La entrada de poniente contaba con un foso para defender el castillo, mientras que en el centro del alcázar había un amplio patio de armas con un aljibe.
- Un segundo anillo conformaba la propia muralla de la alcazaba, compuesta por cuatro torres y delimitada perfectamente por el promontorio rocoso sobre el que se asentaba, adaptándose a la topografía del lugar.
- Un tercer anillo fortificado estaba compuesto por barbacanas y antemuros que a un nivel inferior protegían las zonas más indefensas.
- De las descripciones se deduce que toda aquella obra era musulmana, hecha en buen tapial de calicanto, al que los restauradores cristianos habrían hecho numerosas reparaciones.
- La primera campaña de excavaciones arqueológicas en el entorno del antiguo castillo de Beas de Segura arrojó más de un millar de fragmentos y piezas arqueológicas. Entre las piezas de más valor que se han localizado se encuentra una estatuilla romana, de unos 13 centímetros, que podría representar al Dios Baco, junto con una flauta de hueso andalusí del siglo XII-XIII con motivos geométricos incisos.
- La fortaleza es muy extensa, de casi 2,5 hectáreas y que se encuentra bastante enmascarada por las construcciones que se han ido sucediendo y que ocultaron el antiguo castillo fortaleza que podría ser uno de los más grandes de toda la provincia.
- En primer lugar iniciaron las excavaciones en el Mirador de la Villa, existente al sur, entre el espacio que ocupaba el Castillo de Beas (en el que actualmente destaca la presencia del convento y Ermita de la Villa) y las Murallas de la Fortaleza de Villavieja. En este espacio se han realizado varios sondeos que han puesto de manifiesto la continua ocupación de la zona, con la presencia de material cerámico de época prehistórica, romana y sobre todo islámica y medieval cristiana.
- De época andalusí, y más concretamente de los siglos XI-XII, se ha encontrado parte de la antigua muralla, construida en tapial con un zócalo de mampostería y parte tallada sobre la toba, roca calcárea muy porosa característica de la zona. La muralla tiene una anchura de un metro y medio y una altura conservada de más de tres metros. Esta fortificación se construye sobre un cortado natural de roca que constituía por si solo un elemento defensivo imponente. Junto a los imponentes lienzos de muralla pertenecientes a la fortificación ha aparecido abundante material islámico. Entre ellos hay que destacar la presencia de parte de una flauta de hueso, de los siglos XII-XIII con decoración geométrica incisa. Es una pieza muy interesante, por su belleza y por su escasez, apenas se conocen una docena de ellas y solo tres, incluida la de Beas, con la rica decoración de la encontrada en Beas.
- Protegida por la Muralla, se encuentra una zona de silos excavados en la roca, que son áreas de almacenaje donde se guardaría el grano. Para comprobar exactamente qué tipo de cereal se cultivaba en esos momentos en la Villa de Beas se han recogido además muestras de tierra del interior de los silos que serán analizadas por el laboratorio de paleoambiente de la Universidad de Jaén. Precisamente, estos silos han aportado material cerámico almohade “muy interesante, entre ellos una jarrita de cerámica esmaltada de la que se conservan casi todas las piezas”.
- Tras la conquista cristiana de la Villa de Beas en el siglo XIII por las tropas de Fernando III, la Orden de Santiago promueve reformas en la zona: por un lado se refuerza la muralla de tapial existente con una camisa exterior de mampostería, además de ampliar, probablemente, el recinto amurallado.
- En el lado norte, el lienzo de muralla presenta un mejor estado de conservación, aunque sus restos fueron aprovechados en el siglo XX como base y cimentación para las viviendas edificadas en el barrio de la Villa. Es en el patio de una de estas viviendas, adquirida por el Ayuntamiento, donde se ha ejecutado otra de las catas arqueológicas, junto a otro de esos abrigos naturales que pudieron utilizarse desde época prehistórica.
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