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[Escucha este texto]- Es la capital de la comarca de Tarazona y el Moncayo, cabeza del partido judicial homónimo y sede episcopal de la Diócesis de Tarazona desde al menos el año 449.
- Ocupa un espacio geográfico que históricamente ha sido frontera entre los reinos de Castilla, Navarra y Aragón. Esta singularidad, unida a que la comarca es un paso natural entre la meseta castellana y el valle medio del río Ebro, han otorgado a Tarazona un carácter estratégico durante siglos. La ciudad se convirtió en la Edad Media en un enclave de referencia para las relaciones comerciales, diplomáticas, militares y religiosas —la Diócesis estaba conformada por territorios de tres reinos distintos—. Sin embargo, la progresiva unificación de las Coronas de Castilla y Aragón fue devaluando ese valor estratégico. Hasta entonces, Tarazona fue testigo de bodas reales, pactos, guerras y celebraciones de Cortes.
- La fundación prerromana de la ciudad —así como su temprana designación como sede episcopal— han ido conformando el casco antiguo como un espacio monumental y con un gran valor histórico-artístico. La convivencia pacífica durante décadas de comunidades cristianas, judías y musulmanas ha enriquecido todavía más el conjunto urbano. El patrimonio turiasonense abarca desde el siglo I a.C. hasta el siglo XX. Tarazona cuenta con una larga tradición industrial, de cuyas numerosas fábricas quedan importantes vestigios de patrimonio industrial.
- El Moncayo, que con sus 2.315 m es el pico más alto del Sistema Ibérico y la décima montaña más prominente de la España peninsular.
- El casco antiguo de Tarazona fue declarado Conjunto histórico artístico en 1965.24 Está conformado por un amplio número de calles estrechas y empedradas y sin demasiado orden. Tras sus visitas a la ciudad, el poeta Gustavo Adolfo Bécquer la denominó como la pequeña Toledo aragonesa.
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