Cortijo que en la antigüedad fue población perteneciente a los Obispados de Baeza y Jaén.
Antigua Torre de Tiédar.
Se realizaron unos trabajos de investigación en los años 70 del siglo XX.
Aparecieron restos de un sentamiento que iría desde los inicios de nuestra Era hasta el Bajo imperio.
También se descubrió parte de la calzada romana que comunicaba el Levante con la Bética.
En los trabajos de limpieza se puso al descubierto un extenso pavimento de opus spicatum.
Habitado durante bastantes años tras la reconquista de Baeza por Fernando III.
Fernando III concede la Torre de Tiédar al Obispo de Baeza en 1233. Donada por este rey al primer obispo de la restaurada diócesis episcopal, Fray Domingo de Soria.
Fue motivo de disputas posteriores entre el Obispo y su Cabildo, llegando incluso a repartirse su término en 1.242: la parte que da a Canena, para el Obispo y la orientada a Valdecanales para el Cabildo.
En 1247 el obispo pobló el lugar y castillo.
En los tiempos de Madoz, 1845, la torre del Obispo tenía unos cortijos y un edificio que parecía ser castillo de moros.