| | |  |  | Navaja del siglo XVI - SVII. Museo de Santa Pola |  |  | 
  [Escucha este texto] La navaja empezó a popularizarse, no solo como herramienta de barbero, sino como arma a finales del siglo XVI.Hay algún testimonio anterior como las encontradas en ajuares ibéricos de la Segunda Edad del Hierro o en excavaciones romanas de finales del Imperio.Esta generalización se debió a las restricciones que se hicieron, tras el reinado de Carlos I, al uso y posesión de espadas y sables que quedaron reservados a nobles y milicias; a esto se añadió el bajo coste y a que era muy fácil el camuflarla entre la ropa dadas sus pequeñas dimensiones.Desde España la navaja se extendió por América; a Francia y Portugal llegaron en el XVII, y posteriormente a Alemania e Inglaterra.La edad de oro de la navaja fue el siglo XVII y fueron varias las localidades que se hicieron famosas por su fabricación, Santa Cruz de Mudela, Jerez de la Frontera, Sevilla y sobre todo Albacete.Toda navaja consta, en esencia, de una hoja de un solo filo que se une al mango mediante un remache; este mango puede estar formado por dos cachas o por una sola pieza, y los materiales más habituales son asta, hueso, madera, etc.Otro elemento es el muelle, cuya misión es mantener la hoja en su posición, ya sea cerrada o abierta, aunque en esto hay excepciones como las navajas portuguesas con cabo (mango) de madera, o las llamadas “taponeras” de las bodegas de Jerez.Otras navajas pintorescas fueron las construidas en Inglaterra que iban ensambladas a una pistola de pistón.Las últimas en llegar a la familia fueron las navajas “multiuso”.
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