Las cajas de este tipo servían para guardar dineros y joyas, así como legajos y documentos de valor.
En obras públicas solían estar presentes, pues en ellas se custodiaban los fondos para comprar el material o pagar a los trabajadores.
También era habitual su uso para transportar las soldadas de los ejércitos.
Reyes, nobles y altos cargos de la administración hicieron uso de este tipo de arcas, que también se utilizaron por particulares, ricos comerciantes y hombres de negocios, por lo que fueron muy demandadas en los siglos XVI y XVII y tenidas en gran estima.