De la misma se extrajeron los materiales para la construcción en el siglo XIX de la carretera de Jaén a Granada, curiosamente aun permanece en ella un leguario de esta época que nunca llego a su destino (Leguario de la Condesa).
Ella también se utilizó en el Calcolítico como cantera de sílex. Aprovechan para ello los nódulos de sílex existentes en la roca caliza, estos nódulos no suelen ser de gran tamaño, máximo unos siete centímetros de diámetro, por lo que las piezas que de aquí se extraen suelen ser pequeñas: puntas de fecha, raspadores, pequeñas cuchillas, etc. Para protegerse del fuerte viento de la zona y conseguir un cierto grado de aislamiento térmico, procedían a construir pozos en el suelo de aproximadamente un metro treinta centímetros de profundidad, y de un diámetro suficiente para albergar a una persona en cuclillas, en el interior de estos pozos procedían al tallado del sílex, apareciendo los fondos de los mismos llenos de pequeños fragmentos de sílex.
Los canteros de épocas mas recientes se resguardaban en las cuevas existentes en el lugar para tallar sus piezas, por esta razón se encuentran piezas a medio tallar dentro de las cuevas.