Consiste en una base de hormigón, en forma de círculo que en su origen tenía pintada una diana, y sobre ella cuatro flechas de bronce gigantescas que en sus orígenes eran cinco.
Sólo dos años después de poner la escultura el viento torció una de las flechas y algún gamberro terminó de destrozarla.
Con las obras del tranvía, ha habido que mover la escultura de sitio.