Quedan pocas torres de perdigones en el mundo y menos aún de estas proporciones.
En ella se elaboraba la munición dejando caer plomo fundido desde una estancia en la parte superior, para que se formaran bolas al enfriarse en la caída hasta un lecho de agua.
Conserva la cubierta original, formada por chapa curva sobre finas cerchas metálicas.
La línea férrea llegaba hasta un muelle muy cercano a la torre, que tiene anexas naves para talleres relacionados con la fabricación de la munición.