Hace escasos años, al proceder al derribo de una vieja casa situada frente al Colegio, apareció una hornacina con una preciosa llave morisca de gran tamaño, colgada de un clavo, en su interior.
En esta calle nacía uno de los muchos manantiales que dieron fama a Jaén en cuanto a la calidad y cantidad de sus aguas. Abastecia a una fuente y a 86 casas particulares. Posible resto del manantial fuera el pilarillo de hierro fundido decorado con un mascarón que salía del caño, fechable en el último cuarto del siglo XIX, que aparecía en un rincón al final de la calle. En la actualidad, ya no existe. Abastecería la fuente que hay dentro del Colegio del Santísimo Sacramento.