A principios del siglo XX era una posada, función que detuvo por el estallido de la Guerra Civil, volviendo a la misma actividad una vez acabada la contienda.
Es un edificio de dos plantas del siglo XVIII, de estilo barroco.
Lo más destacable de su fachada son los dos grandes escudos.
De su interior destaca un patio central de doble altura con columnas toscanas de piedra y dinteles de madera en la planta baja.