Las ruinas de este palacio aparecieron en el patio de una antigua casa de vecinos frente al Palacio del Deán Ortega, Parador de Turismo, cuando precisamente los responsables del Parador compraron esta casa con la idea de realizar obras de ampliación del hotel, junto con un aparcamiento.
La excavación arqueológica sacó a la luz los restos de un impresionante palacio renacentista, desconocido hasta el momento.
Las obras del palacio nunca llegaron a terminarse, así lo atestiguan elementos como dos pilastras desbastadas pero sin terminar de tallar en el zaguán o la ausencia de pavimentos.
Quizá sus obras debieron ser detenidas quién sabe si por problemas económicos y, tal vez, parte de sus materiales reutilizados.
Se ha documentado la fachada principal y la portada, una gran crujía delantera y otra crujía lateral que conforma el ala oeste, lo que parece indicar una estructura en torno a un patio.
Igualmente, durante la excavación salieron a la luz basas, semicolumnas y fragmentos decorativos con arcos ciegos tallados.
Junto al palacio se encontraron los restos de la muralla ciclópea de la edad del cobre y de la cerca medieval islámica, que fue reparada y reutilizada tras la conquista cristiana. Y junto a ella bloques de tapiales caídos como consecuencia del mandato de doña Juana en 1507 exigiendo la demolición de las murallas.
El palacio parece estar en línea con el Palacio del Marqués de Mancera.
Hoy se está a la espera de su definitiva excavación arqueológica y posterior puesta en valor del lugar.
También se han encontrado posibles balas de catapulta.