A mediados de los años 40 existían unos enormes depósitos de agua entre altos muros de hormigón armado que muy pronto serían desalojados, quedando parte de dichos muros.
En dicho local pasaría a instalarse el CINEMA JALISCO, de la empresa Oya.
Al inicio de los 50 el gerente de Norisur, Juan Ramírez, se hizo con el cine al que bautizó como Cine Rosales resultando algo incómodo para la visión ya que carecía de la suficiente inclinación y todo eran sillas (al igual que sucedía con el Cine Estadio, solo que este tenía la pantalla más en alto), aunque con la consiguiente separación de la general situada en la parte trasera.
A finales de esta década la pantalla de hormigón, que no guardaba la distancia debida, cedió a la presión del fuerte viento y cayó sobre unas viviendas colindantes ocasionando varias víctimas.
El Rosales cerró en 1980.
En 2012 el Ayuntamiento planeaba reconvertir el lugar en cine al aire libre para disfrute de los ciudadanos.
En esta plaza se construyó una edificación destinada a una asociación vecinal y sobre éste se hizo el Mirador de la Plaza Rosales.