En la antigüedad, Cartagena estaba situada en una península rodeada por
el mar Mediterráneo al sur y al oeste, y por una laguna o estero al
norte, y estaba unida al continente por una pequeña franja de tierra.
Esta entrada estaba flanqueada por dos elevaciones llamadas Aletes, el
moderno Cerro de San José y Hefesto, el actual Cerro de Despeñaperros, a
continuación el cerro más elevado Mons Esculapi (Cerro de la
Concepción), frente a este el Arx Asdrubalis (Cerro del Molinete) y
Cronos (Monte Sacro). Está singular topografía condicionó la evolución
de su urbanismo a lo largo de toda su historia.
Es una de las cinco colinas que rodeaban la antigua Mastia, siendo
la más oriental, en donde cuentan que tuvo su templo el dios romano
Vulcano, que podía ser adorado por los púnicos bajo la advocación de
"Chousor", el dios del fuego, hierro y de las herrerías o fraguas,
entendido en oráculos y conjuros, también es identificado con el dios
griego "Hefestos".
Sus nombres en la historia fueron: por los
púnicos: Hephaistos, Polibio le llamó: Phesto, Vulcano, Jerónimo de
Hurtado le llamó: Cabezo de la Cruz, o Cabezo de las Bruxas, y
actualmente Monte Despeñaperros, estando ubicada muy próxima al recinto
universitario.