Comenzada a construir en la primera mitad del siglo XVII, siendo su primer patrono Don Fernando de Soto.
La portada fue realizada en 1627 por Matías Conrado, quien la remató con un relieve central que representa el martirio de San Esteban, quien murió apedreado tras ser acusado, al parecer falsamente, de blasfemia; este hecho le convirtió en protomártir ya que fue el primer mártir reconocido en la historia universal de la Iglesia.
El motivo de su martirio también se refleja en el lienzo que se encuentra en el interior de la capilla, obra que pintó en 1630 el artista cordobés Juan Luis Zambrano.
Se trata de una de las capillas más sencillas de la Catedral.