Al entrar en la Calle Corregidor Luis de la Cerda.
Son tres arcadas superpuestas y formadas cada una de ellas por cinco arcos
Construidos en el siglo XVIII con el fin de dar mejor iluminación a la biblioteca y a otras oficinas allí existentes.
Las dos series de arcos superiores cuentan con un balcón en cada uno de ellos con entrada independiente.
Sobre estas entradas, en los cinco arcos intermedios, aparece una sucesión de escudos pintados en los que se van alternando los pertenecientes a la Catedral, o a Don Pedro de Salazar y Toledo, Obispo de la ciudad entre 1686 y 1706.
En la parte baja de los balcones hay una hornacina vacía entre columnas y frontón curvo partido por una cruz de piedra.