Había nacido hacia 1549 en Alcalá la Real, era hijo de un pintor de origen sardo, casado con una alcalaína
Hacia 1579 se traslada a Granada, donde se forma con Rodrigo Moreno y establece un taller en la parroquia de Santiago, lugar de residencia de muchos artistas que trabajaban en las numerosas iglesias y conventos que por aquellos años se levantaban en la ciudad.
Fue maestro de Juan Martínez Montañés.
Pablo Rojas, en cambio, talla sus esculturas para mirarlas de cerca, las humaniza para que conmuevan al que las contempla, y crea un tipo de Crucificado muerto, contrabalanceado, con mínima efusión de sangre, y anatomía veraz y huesuda. El paño de pureza se sujeta con cuerda, formando dos nudos, uno colgante y otro pequeño en el costado opuesto. Sólo un leve reguero de sangre mana de la herida del costado.
Antes de él la imaginería estaba vinculada a los retablos y no se la concebía de modo independiente, la imagen procesional tenía una categoría inferior, siempre encargada a maestros de menor categoría.
Su fama se extendió por los antiguos reinos de Granada, Córdoba y Jaén, donde se le atribuyen una gran cantidad de retablos, imágenes y obras menores como andas, sagrarios o insignias.