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Aldea de Maro
Maro es un hermoso y blanco pueblo que está situado sobre los acantilados de la bahía de Nerja, entre la Caleta y el Barranco de Maro; entre el Balcón de Europa y Cerro-Gordo.
Según los historiadores Simonet y Guillén de Robles sitúan a la actual Maro en la Detunta Romana, entre Sexi (Almuñécar) y Claviclum (Torrox), junto a la vía romana de Cástulo a Malaca por Orgi. Entonces era una pequeña villa o factoría dedicada al comercio.
Durante el período musulmán, fue una pequeña alquería dedicada a la agricultura e industria derivada, com la seña y la miel de caña de azúcar.
Toma un gran relieve tras la toma de Naricha por los Reyes Católicos en 1847 y el repartimiento de 1490 a favor del judío Maymón Leví, cuyas heredades señalaron Juan Cortina y Diego de Vargas, en Nerja y Maro.
En su vega del Sanguino se dan los mejores frutos tropicales de la zona y, según investigaciones aunque sin rigor histórico, su nombre se debe a una pequeña batalla que tuvo lugar, en el reinado de Felipe II, entre Hernando el Darra y el capitán Antonio de Luna. Este hecho tuvo lugar en 1570 y debió desarrollarse en el arroyo de este nombre, salida natural de la Sierra Almijara hacia la caleta de Maro.
A mediados del siglo XVII Maro era Señorío, siendo su señor más notable D. Lucas Navío de la Peña.
También hay otro hecho histórico, llegado por transmisión oral, en que se señala la visita del Cardenal Cisneros a esta zona y que pernoctó en una torre fortificada, que existió donde hoy está la "Casa Grande" y las ruinas del segundo trapiche o ingenio azucarero construido en Nerja a principios del siglo XVII.
En 1668 tuvo su primer párroco, el sacerdote Francisco Ponce, con anterioridad a esta fecha se entronizó a Ntra. Señora de las Maravillas, como patrona de la localidad.
Doña Rosa María de Vera costeó, durante una década de mediados del siglo XVIII, misa y procesión de Ntra. Señora de las Maravillas, el 8 de Septiembre.
Maro tuvo una de sus etapas más prósperas en el primer tercio del siglo XIX con la exportación de los frutos extra-tempranos y hoy, sin dejar de ser un pueblo que vive de la agricultura, se abre hacia el turismo.