Oficio que consiste en el conocimiento de los materiales y útiles apropiados para el repujado sobre metal.
El repujado tiene como objeto el obtener por medio de martillo o presiones más o menos intensas o persistentes deformaciones por estirado o alargamiento de la plancha, que forman deformaciones en relieve a expensas de pérdida de espesor de la plancha metálica.
Esta técnica es conocida desde la antigüedad y las primeras joyas trabajadas sobre láminas de oro, presentan dibujos geométricos.
Ha estado considerado un arte contenido en la orfebrería, y por encima de la función artística y el cincelado.
La artesanía del metal pudiera ser la de más antigüedad practicado en el mundo.
Tal parece que el Lejano Oriente, en el pleno apogeo de la Edad de Bronce (4000-1200 A.C.), fue la cuna de la aleación de metales como cobre y estaño y al mismo tiempo fueros creados ornamentos metálicos como joyas y símbolos étnicos.
Los celtas y Los Etruscos fueron una de las primeras civilizaciones que participaron en intercambios comerciales donde se utilizaron sístilas asténicas de bronce repujado (700-500 A.D.)
También los egipcios, aztecas, mayas, celtas, fenicios, griegos y romanos ya dominaban sus propios métodos para el uso de metales con fines artísticos.
Con frecuencia, los arqueólogos han encontrado coronas adornadas con preciosas láminas, así como alhajas, utensilios y objetos destinados al culto y mascaras.