El nicho de la hornacina está abierto en un muro de mampostería encalado, encontrándose rematado con ladrillo rojo en arco de medio punto.
A la izquierda de la hornacina se mantiene un muro de piedra vista compuesta de mampostería.
Cierra la estructura una puerta de cristal con remates forjados.
Antiguamente la imagen del Cristo estaba pintada sobre la madera de la cruz, al igual que el busto de la dolorosa; en la actualidad ambas pinturas están borradas, sólo queda la cruz de madera con faldón blanco y paño de seda blanca.
Como adorno posee un centro de flores artificiales y dos más pequeños a ambos lados.
En la barriada hay gran devoción popular a esta imagen, a la que, en su honor, se celebraba una verbena antiguamente.