Su origen puede ser artificial o natural, si bien predominan las creadas por el hombre, que se acoplaban a la vivienda.
Éstas eran usadas como cuadras, siendo excavadas en la roca los pesebres y pilas para alimentar al ganado.
Se sabe que algunas de ellas comunicaron en su día con el interior de la Alcazaba o barrio militar de la ciudad, con lo que se verifican algunas leyendas sobre la conquista de Alcalá.
Las que penetran en el macizo se encuentran derruidas y valladas.