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Iglesia de Santa Ana
Religioso, Siglo XVI
En la Aldea Santa Ana.
El origen de Santa Ana está vinculado a su ermita.
Su iglesia, de planta rectangular, presenta dos etapas constructivas.
La
capilla mayor o cabecera es la parte más antigua. Está cubierta por una
bóveda de crucería estrellada, tardogótica de finales del siglo XV o
principios del XVI, decorada con pinturas al fresco de temática floral
realizada posteriormente.
La parte renacentista corresponde a la
nave y a la portada. La fachada se construye en 1586 con el siguiente
esquema: dos cuerpos, el primero consistente en un arco de medio punto
flanqueado por dos columnas corintias, sobre las que descansa el
entablamento; el segundo corresponde al ático, donde una hornacina entre
aletones acoge a la santa titular y, en los extremos, en el eje de las
columnas, unos pináculos. Las obras de la nave se construyeron en 1591 y
fueron realizadas por los hermanos Fragua, siguiendo la traza marcada
por Ginés Martínez de Aranda.
Constituye la cubierta de esta
iglesia una bóveda de medio cañón, de losetas y yeso, y cuatro arcos
fajones de medio punto sustentantes.
La imagen titular es una
preciosa talla policromada, realizada a mediados del presente siglo e
inspirada en la que existía tardomedieval, que representa a la Abuela
Santa Ana, que en su regazo acoge a la Virgen con el Niño.
El
retablo mayor se hizo y doró en 1662, pero se perdió en la guerra civil,
como tantas otras imágenes religiosas de Alcalá. Las columnas de este
retablo destruido se encuentran hoy formando parte del retablo de la
Virgen de la Aurora, en San Antón.
Su retablo original se remonta 1607, es barroco de Juan Sánchez Montañés.
Posteriormente, el maestro granadino Juan de Victoria talla uno nuevo en torno a 1659.
En 1680 paso a ser la Virgen de las Mercedes patrona de Alcalá La Real.
En
este último se encontraba una talla, la de La Abuela, y su hermandad se
ha convertido en punto de referencia básico para la aldea.
Según los estudiosos y expertos en el arte pictórico, el autor del cuadro fue el gran pintor granadino Bocanegra. Por sus dimensiones (6.5 metros de alto por 4.5 de ancho) se piensa que el cuadro pertenecía a la abadía de la fortaleza de La Mota, pero después del incendio de la iglesia durante el asedio de las tropas francesas, la obra fue trasladada a la aldea alcalaína para salvaguardarla.
El cuadro, que al parecer fue pintado en el siglo XV, acabó finalmente en la iglesia parroquial de Santa Ana.
Los principales desperfectos del lienzo se deben a los numerosos surcos causados por los dobleces en los que fue plegado para guardarlo durante todo el tiempo que duró la guerra Civil, al objeto de salvarlo de las devastadoras consecuencias que tuvo la contienda bélica.