Cabeza. Muy distintiva y conspicua. Aspecto tricolor, con máscara facial roja, y dibujo cefálico blanco y negro.
Pico. Típico y adaptado a su alimentación. Cónico, esbelto, afilado, de color pálido.
Cuerpo. Parte anterior blanquecina, bordeada de ocre. Parte posterior marronácea.
Ala. Muy distintiva y conspicua, tanto con el ave posada, como en vuelo. Negra, con ancha franja alar amarilla; manchas blancas en la punta de las rémiges de tamaño variable, en función del desgaste.
Cola. Negra, escotada, presentando rectrices con puntas blancas.
Adquiere el típico dibujo cefálico tricolor tras la primera muda parcial en otoño.
Macho y hembra son muy parecidos, apenas existe dimorfismo sexual.
Lindes de bosques, sotos, campiñas, zonas agrícolas, parques, jardines, huertos, frutaledas y, en general cualquier zona herbácea, en especial si existe abundancia de cardos (alimento predilecto de la especie); la clave es presencia mínima de arbolado. Cría sin dificultades en pueblos y ciudades.
Muestra predilección por ambientes calurosos, siendo menos frecuente observarlo a medida que aumenta la altitud. Ha sido citado en los Alpes suizos a 2.400 m de altitud; en los Pirineos catalanes a 2.000 m, y en Sierra Nevada a 1.850 m.
Su ligazón alimentaria con plantas ruderales, especialmente cardos y centaureas, explica las altas abundancias de jilgueros en vegas y olivares, hábitats que aportan árboles para emplazar el nido, y terrenos despejados donde buscar semillas.
Distribución generalizada en toda la Península, Baleares y Canarias.
En España la población nidificante estimada entre 800.000 y 2.900.000 parejas.
Es un pequeño pájaro granívoro que se alimenta de semillas de girasol, trigo y sobretodo de las semillas de los cardos.
Una historia de amistas ocurrió entre una jilguera y un sastre en Valdepeñas de Jaén que se hizo famosa (Casa del Santre de los Jilgueros).