Son muy ruidosas y tienen tendencia a roer todo lo que caiga en sus picos.
Miden unos 30 cm.
No son tan longevas como los loros, pueden llegar a vivir unos 25 ańos si son bien cuidadas en cautividad.
En algunos países, como en Espańa, se han convertido en una verdadera plaga, ya que a partir de individuos puestos en libertad o escapados, se han formado auténticas comunidades que se han sabido adaptar muy bien al medio y que, en ocasiones, amenazan a las aves autóctonas.
El macho y la hembra son practicamente iguales.
Cuando están en libertad y en bandadas, hacen los nidos en comunidad. Varias parejas de cotorras eligen el mismo árbol y construyen los nidos unos sobre otros, formando una enorme masa de ramas que rodean todo el árbol y en la que se pueden ver gran cantidad de agujeros. Cada uno de ellos pertenece a un nido.
Ponen unos 4 ó 5 huevos, que la hembra incubará durante unos 26 días.
En general es la hembra la que se ocupa del nido, y el macho sólo entra para darle de comer.
Las cotorras argentinas forman parejas de por vida.
Se alimentan de vegetales y frutas, evitando siempre el aguacate, ya que es venenoso para las aves.