Se alza de forma majestuosa frente a la galería del Cuarto Dorado.
Fue mandada construir por Muhammad V en 1370 con motivo de la conquista de Algeciras.
Su composición decorativa, basada en el sistema proporcional de su trazado, con la distribución tripartita del espacio, combinando el rectángulo áureo con el cuadrado, supone la culminación de todo un proceso evolutivo del arte andalusí.
Originalmente, estaba revestida de vivos colores con variadas tonalidades, alcanzando su propia superación en el impresionante alero, obra maestra de la carpintería islámica.
La compilación y síntesis de elementos decorativos geométricos, epigráficos y vegetales estilizados adquiere perfección proporcional en esta fachada.
Delante de la fachada, destacado sobre la escalinata, simbolizando el legítimo trono, el Sultán recibía en audiencia e impartía justicia a sus súbditos, según tradición que se remonta a la antigüedad clásica.
Formalmente, este frente servía de separación entre el ámbito administrativo y público, del familiar y privado de Palacio.
La puerta derecha conducía a dependencias familiares y de servicio.
La de la izquierda comunica con el Patio de los Arrayanes (Alhambra. Patio de los Arrayanes), tras atravesar un corredor ascendente en recodo, sin más iluminación que la natural del propio patio que, de forma deslumbrante, penetra al otro extremo, todo con un marcado valor simbólico y áulico.