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Historia de Belalcázar
Su origen es de gran antiguedad, mostrando los hallazgos un núcleo íbero del siglo II a.C.
Belalcázar dispone en su término de numerosos yacimientos que atestiguan la presencia ibérica y romana, como es el caso del hallazgo de una villa señorial romana en la posesión de La Selva.
Esta villa debió persistir en la época visigoda, como atestiguan los nombres de lugar en esta región, tales como Cerro de Sisenando.
Sin interrupción pasaría también a la época árabe. Durante esta época la ciudad fue llamada Gafiq, siendo una de las ciudades más importantes de Al Andalus, con personajes como el farmacólogo Yafa al-Gafiqí y el oftalmólogo Aslan al-Gafiq.
Su emplazamiento en el eje de importantes vias de comunicación determino que entre los siglos IX y XII fuese una de las localidades más importantes de al-Andalus.
El nombre de Belalcázar se deriva de Bello Alcázar, la antigua Gafiq o Gahete.
La población estaba fortificada en época musulmana, en aquel entonces se la conocía como Gafiq, que fue citada en el año 976 por estar en la vía de comunicación entre Sevilla y Córdoba.
En el año 1155, Alfonso VII el Emperador, rey de Castilla y León, logra conquistarla efímeramente.
Tras la toma de Córdoba acaecida en el año 1236 es conquistada por Fernando III el Santo, rey de Castilla y León, y donada poco después al Concejo de Córdoba.
Situación que durará hasta el año 1444, cuando el rey Juan II le hace merced del señorío de Gahete y de Hinojosa a don Gutierre de Soutomaior por los servicios prestados en la batalla de Olmedo, maestre de la Orden de Alcántara.
Es don Gutierre el artífice de la construcción del castillo que hoy podemos ver, denominando Belalcázar a la fortaleza, lo que más tarde derivó a conocerse a la población de Gahete por Belalcázar cambiando su toponimia en 1466.
Su sucesor e hijo, don Alonso, es quien continuaría las obras iniciadas por su padre y que a su muerto no habían finalizado, este segundo señor logró ser nombrado por el rey Enrique IV el Impotente, conde de Belalcázar.
Se realizarán reformas en la fortaleza en el año 1546 para darle un aspecto más palaciego y acogedor adosando crujías en la zona noroeste siendo propiedad de don Francisco de Zúñiga, quinto duque de Béjar y sexto conde de Soutomaior.
Uno de los personajes ilustres de la ciudad fue Sebastián de Belalcázar, conquistador de Nicaragua y fundador de Quito.
En el año 1810 se acuartelan las tropas francesas en su interior, quienes tendrán que defenderse de las tropas inglesas un año después, de aquellos luchas y refriegas son los impactos de artillería que reflejan sus piedras y que aún podemos observar.
Aquí también nació Andrés García de la Barga y Gómez de la Serna (escritor)