Las babosas son moluscos gasterópodos sin caparazones o con pequeños caparazones internos.
La cabeza tiene cuatro antenas y la boca; las
antenas superiores llevan en sus extremos los ojos y son además órganos
táctiles y olfativos.
La boca incluye dos mandíbulas con pequeños
dientes y la lengua dentada o rádula.
El
escudo o manto detrás de la cabeza cubre algunos órganos con una
laminilla calcarea.
A la derecha del escudo, el
neumostoma, orificio respiratorio del animal.
Detrás del escudo está la
parte caudal.
El pié es la parte ventral y musculosa del animal.
Se adhiere al suelo gracias a la placa de reptación.
El moco o secreción liquida recubre el cuerpo del animal, actúa como humectante y le permite a la babosa desplazarse.
La babosa es un animal nocturno.
Su actividad varía de acuerdo a la época del año, según la temperatura y la humedad.
El
ciclo de vida de las babosas, la velocidad de su reproducción y su
crecimiento son condicionados por las condiciones climáticas, la luz y
la comida disponibles, factores que determinan también la densidad de
la población.
Los inviernos suaves favorecen la supervivencia de los
huevos y de las babosas jóvenes y su desarrollo. En cambio un invierno
muy seco y muy frío puede limitar su reproducción.
Sin
humedad, la babosa no puede producir moco y por lo tanto no puede
desplazarse.
En épocas secas se refugia en el suelo para esperar la
vuelta de las lluvias y mordisquean las partes subterráneas de las plantas.
Se alimentan
frecuentemente y en lo posible con tejidos vegetales pero pueden
también consumir residuos animales.
A menudo son atraídas por plantas
en descomposición.
Una babosa puede comer hasta la mitad de su peso en una noche.
Las
babosas son hermafroditas, es decir, a la vez masculinas y femeninas,
pero no al mismo tiempo. Los órganos masculinos se activan en primer
lugar, luego tras una vuelta, los órganos femeninos. El
desencadenamiento de estas dos fases de la actividad sexual es
controlado por un sistema hormonal.
Una babosa
puede poner entre 100 y 500 huevos, en paquetes de 10 a 50, los
deposita en un agujero cavado en la tierra o bajo un refugio.
Los
huevos son esféricos, de color amarillo blancuzco o transparentes.
La
duración de la incubación de los huevos está directamente vinculada a
las condiciones climáticas, en particular a la temperatura. A 5°C la
incubación durará hasta tres meses, mientras que a 20°C dos a tres
semanas bastan. La humedad del suelo debe situarse entre 40% y 80%.
Al salir de los huevos las babosas miden algunos milímetros y
son transparentes.
Viven de nueve a dieciocho meses según la especie y
la región.
Pueden originar una nueva generación al año, cada dos años o
dos al año.