Jefe hábil y experimentado de una hueste de caballeros.
Ya fuese de carácter real, concejil o señorial, mantenía lealtad absoluta a sus hombres, que le obedecían sin discusión.
Su astucia le permitía realizar rápidas maniobras por el territorio, encontrar los mejores puestos de vigilancia de los caminos y prevenir las reacciones del enemigo.
Dirigía la mesnada en las cabalgadas (expediciones armadas de carácter ofensivo) que se realizaban en tierra enemiga para debilitar al adversario, buscar botín o capturar prisioneros.