Una de las grandes singularidades que presenta el Conjunto Monumental de la Fortaleza de La Mota es el hecho de conservar parte de los trazados de las galerías subterráneas que atraviesan el roquedo sobre el que se asienta la ciudad amurallada.
Muchas de estas galerías servían de acceso y salida para los habitantes de la parte alta, en tiempos de enfrentamientos y asedios.
Asimismo, comunicaban diferentes zonas de pozos y aljibes que se utilizaban para el abastecimiento de agua de los habitantes.
El origen de estos pasadizos puede ser de minas y contraminas, mandadas construir por reyes durante los asedios, o creados expresamente como pasadizos que permitían las comunicaciones, el abastecimiento, la defensa y en ocasiones la huida de la fortaleza.
Existen galerías sin salida que son errores de las minas y contraminas de los asedios.