Hoy sigue siendo habitada por la familia Pascual de Riquelme, lo que la convierte en la última residencia noble habitada en la ciudad de Murcia, desde su origen.
Encima de su puerta tiene el escudo heráldico.
En su fachada tiene un balcón cerrado de cristaleras, adornado con una guirnalda vegetal en relieve en todos sus marcos, soportado por tornapuntas o jabalcones y con tejadillo de teja.