Sucedió a su padre Valentiniano I, junto con su hermanastro Graciano. A la muerte de éste, quedó como único emperador de Occidente, bajo la tutela de su madre Justina.
Al ser destronado por Máximo (387), se refugió junto a Teodosio, quien le ayudó a recuperar el trono (388) y le puso como tutor al galo Arbogasto, quien le mandó asesinar al poco tiempo.